Nicaragua, una crisis secundaria en la cita política más importante de la OEA

|

EL MATERO, NICARAGUA.- La crisis en Nicaragua, que acumula más de un centenar de muertos en 50 días, tuvo que resignarse a un papel secundario en la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el foro político más importante del organismo, que volvió a centrarse en Venezuela.


El tema de Nicaragua no fue incluido en la agenda de la Asamblea General de la OEA, celebrada este lunes y martes en Washington, y los cancilleres del continente tampoco aprobaron ninguna resolución para condenar la crisis más sangrienta que vive el país centroamericano desde los años 80.

"Nicaragua debería haberse incluido en la agenda, aunque lo cierto es que fue establecida antes de que la situación se deteriorara dramáticamente. En todo caso, da una mala imagen de la OEA, cuya razón de ser es resolver crisis políticas y prevenir violaciones de derechos humanos", dijo a Efe Michael Shifter, director del centro de análisis Diálogo Interamericano.

Los cancilleres, reunidos en la Asamblea General de la OEA, se limitaron a aprobar una declaración que pide el "cese inmediato" de la violencia, pero no dirige esa petición al Gobierno del presidente Daniel Ortega, al que grupos humanitarios como Amnistía Internacional (AI) señalan como responsable.

La declaración, una fórmula poco comprometedora y de gran tradición en la OEA, fue pactada por Nicaragua y Estados Unidos, por lo que no contenía expresiones críticas contra Ortega y se limitaba a pedir "compromiso" al Gobierno nicaragüense y al resto de actores para que prosperen "unas negociaciones pacíficas".

"El lenguaje usado en la declaración fue tímido y conciliador, lo cual significa que básicamente tendrá un efecto mínimo en la situación actual en Nicaragua", consideró en declaraciones a Efe Juan Felipe Celia, director asistente para Latinoamérica del centro de pensamiento Atlantic Council.

Para Celia, la declaración podría incluso "dar un breve respiro al Gobierno de Daniel Ortega al no responsabilizarle directamente de la represión y la violencia".

Las protestas contra Ortega y contra su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, arrancaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide su renuncia, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso de poder y corrupción.

El malestar se fue gestando durante años con denuncias de fraude de la oposición durante las elecciones municipales de 2008 y las dos últimas presidenciales, en 2011 y 2016, en las que Ortega se presentó a la reelección pese a que en un principio lo impedía la Constitución.

Debido a las denuncias de violencia, la misión de Estados Unidos ante la OEA estuvo preparando una resolución para pronunciar una condena "firme" durante la Asamblea General.

Fuentes diplomáticas dijeron a Efe que Washington, al final, desechó la idea de una resolución y optó por consensuar con Managua una declaración para reconocer el diálogo que están manteniendo la OEA y el Ejecutivo nicaragüense con el fin de reformar el sistema electoral, un proceso que prevé concluir en enero de 2019. 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Para recibir nuestras noticias o hacer denuncias, escribanos al correo diarioelmatero@gmail.com o al Whatsapp 829 232 5283