A diario ocurren hechos sorprendentes, es decir, crímenes en el país, los cuales pasan desapercibidos. No así ha sido el caso del crímen de la joyería, una vez obtenida la información, Todo aquel que escuchó la informacion de inmediato pensó que merecía la muerte. Al día siguiente apareció la sensacional noticia que la policía lo habia matado en un hotel en La Romana.
Cuando esta noticia llegó a los habitantes de está nación quedaron hasta un poco conforme. No apoyando el crímen, pero si satisfecho con los avances en materia de investigación de la policía. Aumento del nivel de confianza en la instituciones y hasta de la seguridad ciudadana.
Que bien que el criminal de la joyería no haya sido asesinado por la policía. Ahora el ministerio publico ha de hacer su trabajo aplicando el código procesal penal, la pena máxima ya no es necesario buscar evidencia, esto está muy Claro.
Es muy claro que el peor castigo para una violación a las leye de un país no es la muerte aunque hay quienes no colijan con ello. El delincuenciales debe pagar por sus crímenes, en dos vertientes, en la justicia humana y la justicia divina. Lástima que haya tenido que pasar un acto como la muerte a cuchilladas de Anneris para que la ciudadano entienda la magnitud de la delincuencia en el país.
Gracias a la tecnologia el país obtuvo una respuesta rápida en torno a este caso, como en otros casos, hay que reconocer.
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