Procuraduría demuele la cárcel de San Luis

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EL MATERO.-Mientras una excavadora terminaba de derrumbar la cárcel de San Luis, empleados de negocios próximos al recinto y residentes en barrios cercanos que fueron a presenciar el hecho, recordaban las penurias que pasaban los reos en ese recinto de tránsito, que al momento del cierre albergaba a 86 hombres y 9 mujeres en estado de hacinamiento.


Los comentarios sobre las condiciones deplorables con que operaba la cárcel de San Luis, en la provincia Santo Domingo, surgían de forma espontánea.


“Era deprimente”, “eso no servía”, “era un sitio intranquilo, porque los presos no aguantaban el caliente”, eran expresiones que se escuchaban en el área ayer sobre la situación de ese recinto que alojaba a 95 reos.


“Ellos pedían agua y algunas cosas y cuando yo iba a pasarle algo salía un vapor caliente de adentro”, comentó un empleado de una cafetería cercana, quien expresó que después que la desbarataron es que se ha dado cuenta que la habitación de su casa tenía el doble del tamaño de la cárcel.


“Si tú caías preso, de último te tocaba el baño y después era que ibas escalando”, expresó un trabajador de un taller de mecánica, quien entró a ver un compañero que estuvo ahí.


Además de la cafetería, próximo al lugar donde operaba la cárcel, funciona una banca de lotería y taller de mecánica, cuyos empleados fueron testigos del víacrucis que pasaban los privados de libertad.


“Esa cárcel no servía”, señaló Eustacio Rosario, un obrero de construcción que fue ayer al lugar, no solo para percibir el proceso de demolición, sino también con la esperanza de conseguir algunas varillas entre los escombros que iban a sacar. Por eso andaba con un martillo y una segueta.


Y no se quitaba del lado del camión que iba a transportar los materiales demolidos, en espera de que llegara el chofer para que le permitiera sacar algo.


Inspección


La Defensora del Pueblo, Zoila Martínez Guante, y una delegación de la Pastoral Penitenciaria no se conformaron con el anuncio de la Procuraduría General de la República de que el recinto iba a ser demolido ayer, sino que fueron a constatar que ya es una realidad.


Martínez Guante deploró las condiciones infrahumanas que operaba ese recinto. Adelantó que le dará seguimiento a los trabajos hasta lograr que se construya un centro apto para seres humanos, porque considera que “era una pocilga”.


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LA PASTORAL PENITENCIARIA


De la pastoral Penitenciaria, acudió una comisión compuesta por Carmen Rosario y la ingeniera Ocadia Aquino. 


“Vinimos a supervisar para ver que es real”, expresó Rosario. Considera que con la demolición y la construcción de un nuevo recinto se inicia un cambio que esperaban hace tiempo, de que al privado de libertad se le respete su dignidad. 


Cree que el paso dado ayer por la PGR es el comienzo de esa transformación que anhelan.


Como inhumano describió las condiciones de ese penal. Aquino dijo esperar que se le dé continuidad a la construcción y expuso que tienen información de que la pequeña cárcel llegó a albergar hasta 160 personas. 


A la una de la tarde de ayer, en el terreno de más de 2,000 metros cuadrados solo quedaba parado el campanario de la antigua capilla que sirvió de recinto carcelario, donde eran llevados los acusados de delitos penales que esperaban el conocimiento de medida de coerción, pero que en ocasiones seguían luego de pasar esa etapa, porque no eran reubicados a tiempo.

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