DIARIO EL MATERO. La República Dominicana cuenta con una ley general de educación 66-97 promulgada el 9 de
abril de 1997 tiene más de 20 años de existencia, por lo que se hace necesario que las
autoridades educativas del más alto nivel den los pasos necesarios para que el Consejo
Nacional de Educación (CONE) convoque a los organismos que deben participar en la
preparación de un documento actualizado para ser sometido a la consideración del Congreso
Nacional para su modificación.
Puesto que debe ser adaptada a las nuevas exigencias del
entorno tanto nacional como internacional, así como la incorporación de algunas ordenanzas y
decretos emitidos a lo largo de esos 20 años de existencia tanto por el Poder Ejecutivo como
por el Ministerio de Educación, fruto de la nueva modalidad de la jornada escolar extendida y
algunos pactos internacionales como el nuevo Plan Decenal 2008-2018, entre otros.
Además de los aspectos antes mencionados, esta ley contiene otros elementos que pueden ser
modificados para adaptarlos a la realidad de estos tiempos, los cuales serán incorporados al
nuevo documento con la finalidad de mejorar la calidad de la educación en la Republica
dominicana.
Es competencia del estado dominicano promover la calidad de la educación siendo este el
marco de referencia del sistema educativo dominicano, que tiene como función garantizar la
eficiencia y la eficacia global del mismo y comprende la evaluación de los procesos, del
producto, y de los servicios que intervienen en la actividad educativa para satisfacer las
necesidades de la sociedad.
El rendimiento de los aprendizajes alcanzados por los estudiantes; así como el grado de
coherencia, las estrategias para alcanzarlos y los resultados Constituyen parámetros
determinantes de la calidad de la educación.
Para la comunidad educativa no sería difícil llegar a un acuerdo para la modificación de la ley
puesto que esta misma dice en unos de sus artículos que será siempre flexible y abierta a los
cambios del entorno, al análisis crítico de sus resultados y a introducir innovaciones.
Los cambios deben ser producto de las necesidades, de la reflexión, de las investigaciones y
del aprovechamiento de experiencias anteriores. Las innovaciones nacionales tomarán en
cuenta el desarrollo de la educación a nivel internacional y el currículo será flexible, abierto y
participativo. La flexibilidad del currículo permitirá respetar las especificidades de los
diferentes niveles, ciclos y grados, las características de los educandos y las capacidades de los
maestros, así como las características y necesidades de las diferentes regiones y comunidades
del país.
Duval del Rosario/ Generosa Aquino/ Leuris Baez
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