El pobre sufre las consecuencias.

El sistema sanitario dominicano por década, le ha dado seguimiento a enfermedades endémicas, que han ido  desapareciendo mientras  avanza  sociedad. Eso es una fortaleza del sistema de salud. Enfermedades tales como la tuberculosis, difteria, malaria, influenza, entre otras menos tangibles. Están en la agenda del Ministerio de Salud.

En estos últimos tiempos algunas enfermedades infecciosas van en incremento, se manifiestan de forma crónica y atacan a todos los que conviven bajo el mismo techo, tal es el caso de la influenza, al inicio puede confundirse con cualquier enfermedad mortal. De continuar así sin tomar alguna medida puede resultar una infección catastrófica, que podría cobrar vidas en el país.

Igualmente la infección de la Malaria hace un tiempo no se padece en el país, pero últimamente está creciendo y puede ser muy peligrosa para la vida humana. Hay que buscar las causas y atacarlas, no podemos darnos el lujo de tener presente problemas ya superados en términos de salud.

Un país sin salud, sin escuelas y oportunidades a las mujeres puede resultar muy inseguro. Aparentemente el gobierno ha priorizado la educación, más sin embargo la misma se mantiene con índices muy bajos; la salud ha sido relegada a un tercer plano. Tanto la salud como la educación constituyen la espina dorsal de cualquier gobierno.

El gobierno actual se ha centrado en buscar la forma de mantener un control absoluto del poder, olvidándose de los problemas fundamentales que afectan a la ciudadanía.

A caso estos sectores no le aportan votos al gobierno, solo se ha enfocado a vender obras que solo satisfacen los caprichos propios para ganar fama, mientras  sigue ignorando al más pobre, negándoles la salud y educación de calidad, como lo merece el país por haber dado más de nueve victorias consecutivas al partido del gobierno de turno.

Es una lástima que  los errores de los gobiernos terminan sufriendo los más necesitados ellos pagan las consecuencias. Se han mejorado bastante las infraestructuras del Ministerio de Salud, hospitales que compiten con el sector privado, de qué sirve si son cajas vacías. Carecen de equipos, medicamentos y trabajadores sensibles que le duela el sufrimiento humano.

Es penosa la situación y seguridad de los pobres, personas sin dolientes, ni ellos mismos son conscientes de los problemas que le afectan. 

Mientras sigan votando por los quinientos pesos, seguiremos sufriendo e ignorando nuestros derechos. La experiencia y el abuso deben pernotar en las elecciones tanto de febrero como de mayo. De continuar una política clientelista, no se resolverá definitivamente ningún problema en este país.