Bélgica prepara una "reanudación completa" del sistema escolar en septiembre

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DIARIO EL MATERO,Bruselas, 13 jun (EFE).- La "vuelta al cole" de los estudiantes belgas en septiembre no se espera excesivamente anómala, según ha explicado esta semana la ministra de Educación de la Federación Valonia-Bruselas, Caroline Désir, quien sostiene que la intención de las autoridades es "restaurar completamente" el control de la obligatoriedad escolar presencial.



"La obligatoriedad escolar será plena a partir de septiembre, sean cuales sean las circunstancias", señaló la ministra.

Estas previsiones no pueden sorprender a nadie, sobre todo teniendo en cuenta que los alumnos de infantil y primaria ya pueden acudir a los centros escolares con mínimas medidas de seguridad desde principios del mes de junio, aunque la asistencia sigue siendo voluntaria.


Las clases en Bélgica se reanudaron el pasado 18 de mayo, comenzando por los alumnos de primero y sexto de primaria y último curso de secundaria.


Las consignas de seguridad iniciales incluían dejar una distancia de 4 metros cuadrados entre alumnos en las aulas y 1,5 metros cuando salían al recreo, así como el uso de mascarillas para los profesores.


Las autoridades habían advertido de que la situación se iría revisando a la luz de la evolución del virus, pero muchos daban por hecho que la mayoría de alumnos no volvería físicamente a la escuela hasta septiembre.


No obstante, el pasado 27 de mayo, el Ejecutivo federal y las entidades competentes en educación (las regiones y las comunidades lingüísticas) decidieron que todos los alumnos de preescolar y primaria podían reincorporarse al colegio desde principios de junio, prácticamente sin medidas de distancia social.


Para hacer posible esa vuelta generalizada, las consignas de seguridad han tenido que relajarse: en adelante ya no será necesario dejar distancia entre los alumnos en las clases ni en los recreos y tampoco será obligatorio llevar mascarilla para los profesores en las aulas, aunque sí cuando se relacionen entre ellos o con los padres.


A efectos de controlar de alguna manera los contactos, los grupos de cada clase serán considerados como una "burbuja" y deberán permanecer juntos durante las horas lectivas, el recreo y la comida, según explica la directora de la escuela Sainte-Agnès, en Rixensart (Valonia).


Además, se aplicarán medidas de higiene para todos los ciclos educativos, incluido el lavado frecuente de manos, y las aulas, los pasillos y las salas de profesores deberán estar ventiladas en todo momento, recurriendo a actividades en el exterior cuando sea posible.


Cada escuela tendrá que diseñar un plan de emergencia en caso de un brote de coronavirus.

Pese a la posibilidad de regresar a las aulas, muchos padres han decidido no enviar a sus hijos a las escuelas, ya que la asistencia no es obligatoria.


"La sociedad está profundamente dividida por la reanudación de la escuela y muchos padres aún temen por la salud de sus hijos, por lo que restaurar el control habría radicalizado demasiado el debate", asevera la ministra.


Pese a este convencimiento, la asistencia voluntaria a la escuela ha planteado un debate general, pues la prolongada pérdida de contacto con la escuela de aquellos alumnos con un contexto socioeconómico y familiar más desfavorable puede hacer aumentar la desigualdad y el abandono escolar.


Es por eso que el Gobierno belga considera necesario que, a partir de septiembre, todos los niños reanuden su vínculo con la escuela, aunque sea a tiempo parcial.


Además, según adelantó Désir, el próximo curso se modificará la edad de escolarización obligatoria de los niños belgas, pasando de los 5 años a los 6 años.

Paula Boira Nacher

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