Los éxitos tienen muchos padrinos. Los fracasos son herejes

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Por Doris Romero C.


Es la primera vez que veo que se invierte el orden de esta máxima universal. Sólo que ese orden está invertido en la mente del expresidente Lic. Danilo Medina. Cuando ganamos las elecciones del 2012 y 2016, ese éxito sólo lo obtuvo él; pues en uno de sus discursos a raíz del desenlace del fatídico 06 de octubre pasado; cuando nuestro querido complueblano, manifestó en un tono de ira que había ganado sólo ambos procesos y que volvería a ganar sólo en el 2020.


Paradójicamente, no tuvimos que esperar mucho tiempo. Dios y el pueblo le mostraron al exmandatario y director de la orquesta de 35 miembros llamada Comité Político, que estaba totalmente equivocado. Lo peor de eso es que aún no está consciente de cuáles fueron las verdaderas causales de la derrota del PLD y de su candidato. Y en vez de procurar enmendar y rectificar errores. Continuan haciendo las mismas cosas. Lo cual constituye un grave error; pues no se obtienen resultados diferentes si las acciones no son diferentes.


Lejos de culpar a las Bases del PLD, lo más sabio sería propiciar un espacio de reflexión y de análisis en el que todos los actores del proceso expresen su parecer sobre las motivaciones que hicieron que más de 500,000 electores, que sintieron entusiasmo para concurrir a votar por los precandidatos/as en las primarias del 06 de octubre, no se sintieron motivados a votar en Marzo ni en julio. Es oportuno recordar que en esas elecciones internas abiertas concurrieron aproximadamente 2 millones de electores que votaron por los precandidatos a las diferentes posiciones electivas. Paradójicamente en las elecciones generales y congresuales sólo concurrieron poco más de 1,500,000, lo que evidencia que los candidatos No concitaron el interés de los electores.


Honorable expresidente, no creo que la culpa sea de las Bases, así como tampoco creo que necesariamente los electos Diputados/as, Senadores/as, Alcaldes, entre otros sean los auténticos líderes locales. La Ceguera de los que dirigieron en los últimos procesos del partido morado, los condujo al abismo. Pues al perder el tacto y el olfato político creyeron que sacando de la boleta a los y las auténticos/as líderes para dar paso a las esposas de diputados y las amiguitas y allegadas de dirigentes que con su poder económico lograron colocarlas en posición de mayor ventaja que las auténticas candidaturas que garantizaban votos frescos no reciclados dentro de la entidad partidaria.


Olvidaron también los archidirigentes que se hacía necesario que se diera participación a cada hombre y mujer que participó en esas atípicas primarias, y de ninguna manera excluirlos, minimizarlos y desplazarlos incluso de importantes tareas que por muchos años realizaban en cada proceso eleccionario.


Comieron de cantina, como diría mi profesor de estadística, al cual apodaban “La Salsa” por su estilo peculiar. Pues lamentablemente el tiro les salió por la culata. Todos los números fallaron, y no era para menos. Pues lejos de ser la actitud de las bases de que si no había dinero no trabajaría, lo que real y efectivamente causó la derrota del PLD, es responsabilidad de una minoría llamada cúpula dirigencial, solo que como siempre la soga se rompe por lo más fino y cómo dice el dicho los éxitos tienen muchos padrinos, los fracasos son herejes. Solo que aquí es al revés si hubiésemos ganado; ganaron unos pocos; como perdimos la culpa es de la mayoría: las bases. Es necesario señalar que me he referido a esa sola de muchas otras causas. Pues ya muchos hacedores de opinión se han referido a otras.


Finalmente una recomendación: quien no aprende de sus errores, está predestinado a volver a equivocarse.


Por Doris Romero C.

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