​Tiro de gracia a la producción nacional

Por Onofre Salvador.

Es mucho lo hablado y analizado desde que se sometió el proyecto de ley ante el congreso de la República, en procura de otorgar tasa cero a 67 productos de importancia capital para los dominicanos. Los mismos llegarán, según lo establecido, de países con los que no tenemos tratados de libre comercio, parte sumamente delicada en el contexto de las relaciones comerciales.

A primera vista, se podría pensar que dichos productos, exentos del pago de aranceles, beneficiarían a mucha gente, sin embargo, cuando se profundiza en el contenido de la pieza legislativa, no se nota un ápice de equilibrio, que impulse o ayude en lo mínimo a aquellos productores que dependen de los mismos.

Fueron muchas las voces autorizadas que se pronunciaron al percibir lo que se acercaba, pero fueron dada de lado, empujando más y más lo que terminará probablemente inclinando la balanza en sentido negativo, para la gran mayoría, víctimas siempre de las malas regulaciones en el mercado local, donde se ha carecido por décadas de efectivos controles en los precios.

Volviendo sobre aspectos sacado a la luz, no podemos dejar de mencionar la parte de ciertos insumos, lo que había sido un verdadero éxito a nivel estatal y de la población, diferente por completo a la entrega de productos terminados que entrarán al país, en condiciones privilegiadas para quienes los importan, los que no tendrán la obligación de recibir absolutamente algo de lo que se produce aquí, en condiciones similares.

Esto, indiscutiblemente, se debió sopesar, solo haciendo un simple ejercicio de protección para los productores del patio, quienes recibirán un duro golpe, quedando los insumos de producir por las nubes, además de competir en condiciones terriblemente desiguales, con aquellos liberados en todos los sentidos.

De aquí en adelante, con una ley aprobada, sin ponderaciones efectivas, solo nos queda esperar el fuerte impacto sobre el país, pensando un poco más, en que con todo y la famosa tasa cero, si le buscáramos el lado bueno al asunto, mismo que no veo, el comercio seguirá con su dinámica incontrolada de precios altos.

Hasta prueba en contrario, creo que vale más la sal que el chivo, tal como reza el refrán popular.