Hoy no es ayer

Por Onofre Salvador

Con ese título se convirtió en éxito una de las tantas canciones del inolvidable compositor y cantante nuestro, Anthony Ríos. Muchos tuvimos el privilegio de disfrutarla en demasía, algunos hasta el cansancio, entre los que cuenta este humilde servidor.

Hoy, sin embargo, quiero tomar tan llamativo encabezado desde otro ámbito completamente distante de la música, como lo es la política, solo para puntualizar aspectos importantes no tomados en consideración de manera principal por los que gobiernan.

Cuando se desarrolla una campaña de carácter electoral, se aprovechan las coyunturas existentes, las que pueden ser favorables si se tiene la sagacidad y sabiduría necesarias para interpretarlas y sacarle el más adecuado provecho. Esta parte la vemos con mucha frecuencia, en la mayoría de las ocasiones con balance positivo hacia donde apunta el favor de los números.

Desde mi niñez y adolescencia, épocas vividas en el campo de origen, escuché a mis padres y otros hombres, referirse al tema de las cabañuelas, sabias predicciones en los principios de años, que según ellos, mostraba si tendrían un año con poca o mucha lluvia.

Si decidimos ahondar un poco más, llevando estas aseveraciones al campo político, sin duda nos encontraríamos con verdades difícil de rebatir, dada las manifestaciones que se dan, toda vez se inicia la carrera de los que pretenden repetir y aquellos que buscan la forma de impedirlo a través del sufragio en las urnas.

Viendo las cosas así, resulta sumamente interesante hacer una especie de comparación entre aquellos meses anteriores y el propio año 2020, con lo que se ha estado gestando todos estos días, que nos van acercando poco a poco al torneo electoral del venidero 2024.

Es un tema manido, aquel referido al desgaste de los gobiernos prolongados, a lo que se unen otras circunstancias que pueden producir cambios en un determinado momento. Con el Partido Reformista, PRD y PLD, para no irnos muy lejos, se produjo, así será con la organización política que le corresponde gobernar, de igual modo con quien llegue, haciendo notar lo efímero o más largo de acuerdo al menejo estatal.

Retornando al tema de las coyunturas electorales, es fácil colegir que el Partido Revolucionario Moderno, recibió el favor de una considerable porción de los votantes, no solo por el aludido desgaste de los que gobernaban, sino también por los garrafales errores cometidos por el Partido gobernante, donde se prefirió una derrotista fragmentación, misma que facilitó el escenario para que el palacio de gobierno recibiera nuevos inquilinos.

Sin más rodeos, yéndonos a lo de que hoy no es ayer, haciendo causa comun con el tema coyuntural, hay que establecer con meridiana claridad, que el panorama electoral está cambiando de manera radical, encontrando un gobierno cuyo accionar tiende a la repetida improvisación, sin que se noten visos que indiquen algún cambio, tal como lo dijeron hasta el cansancio con su exitosa campaña electoral.

A la fecha, tenemos a un Leonel Fernández totalmente fortalecido, con una estructura partidaria formidable, que marcan números interesantes, mismos que segun transcurren los días, tienen tendencia a seguir subiendo, situación que tiene al oficialismo en estado de manifiesta desesperación.

No hay dudas, Leonel y la Fuerza del Pueblo se encuentran en un gran momento, con masivas juramentaciones todos los días en el país y fuera de el, aglutinando la buena voluntad de diversos sectores y una masa opositora que crece de manera incontenible, convencida que en un mar tumultuoso y con un barco en peligro de sozobrar, le viene bien la pericia de un experimentado capitán.

Por eso repetimos para que se lea, si es que aun lo creen así, que hoy no es ayer, el panorama político está mandando mensajes claros, todo indica que se van.