Entre pasado y presente nos veremos

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Por Onofre Salvador Fulcar


Se ha puesto muy de moda en entos días, como parte de temas prematuros de campaña política, las palabras pasado y presente. 


El presidente de la República, Luis Abinader, puso a correr en uno de sus discurso, aquello de no mirar hacia atrás, en aperente alusión a ejecutorias pasadas, lo que se ha interpretado como intento de contrarrestar el notorio avance del líder opositor y exmandatario, doctor Leonel Fernández.


Como es natural, las respuestas no se han hecho esperar, mismas que van desde ciudadanos comunes, personalidades políticas, hasta llegar al doctor Fernández, quien no ha dejado pasar la oportunidad para responder de manera contundente y respetuosa, como es su costumbre, a lo que parece ser el primer grito de campaña de carácter reeleccionista.


Todo indica, en lo que se visualiza como un pulso político, que no se ha hecho un cálculo inteligente desde el ámbito oficialista, a juzgar por todo lo que se ha dicho, de manera principal por lo que representa el pasado para el aprendizaje y parte comparativa con lo que se desarrolla en la actualidad.


Se entiende, desde un contexto político, que se puede ser representante de un pasado nada halagador, actuado desde el presente y ser lo más parecido al presente, a partir de cosas ya realizadas hace algun tiempo, las que fueron tan novedosas e impactantes en términos positivos, que no salen del ideario colectivo.


Creo que sería poco justo intentar ocultar las novedosas y beneficiosas obras llevadas a cabo por las administraciones encabezadas por el doctor Leonel Fernández, quien hizo una verdadera revolución en el plano de la inversión pública, lo que se revela de forma magistral en este presente, a los ojos de todos aquellos que no pretendan hacerse los ciegos por un tema de política nada saludable.


Se ha respondido con propiedad desde los predios del Partido Fuerza del Pueblo, demostrandose desde ahí que hay recios argumentos, potenciados por su líder, a quien le han ofertado frescas y cómodas aguas donde nadar plácidamente, mejor dicho aun, se han introducido en su terreno, territorio donde la competencia no tiene ofertas claras.


Queda entendido que apenas comienza la lucha política, que estaremos viendo de todo un poco, sin embargo, ya se nota de entrada el surgimiento de dos polos, uno encabezado por el actual mandatario, quien representa el Partido Revolucionario Moderno y el que lidera el doctor Leonel Fernández. No hay dudas de que esas dos organizaciones estarán luchando por ganar el certamen electoral del año 2024.


Desde nuestra óptica, sin valernos para nada de elementos asociados con oráculos o cosas parecidas, nos atrevemos a vaticinar la derrota del oficialismo, partiendo de lo que se ve en el ambiente político, escenario cada vez más ensombrecido por las erráticas decisiones estatales, las que no dan pie con bola ante el empuje cada vez más fuerte de una crisis generalizada externa e interna.


Con el rumbo que va tomando esto, todo indica que crece la necesidad de echar una mirada colectiva hacia un pasado bueno, tal y como se empieza a mirar, a quien gobernó con firmeza y no dio un ápice de titubeo ante la presencia de graves crisis económicas y financieras. 


Leonel, no solo representa aquellos momentos en cuanto a la práctica de excelentes políticas públicas, sino también, ese que tiene cualidades que le actualizan cada día, con su inocultable condición de visionario, algo que distingue a los grandes estadistas.

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