La Rancha tambien existe.

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Por Onofre Salvador


Quien no reclama lo que le pertenece, no tiene posibilidad de conseguir lo que anhela; vivirá siempre envuelto en los deseos e imaginando cosas que no llegarán, salvo que se cambie de actitud y se pongan en práctica métodos efectivos. Se avanza identificando necesidades y colocando sobre ellas los elementos necesarios para convertirlas en realidad.


Aunque vale para muchas cosas, con lo establecido en el introito, pretendo quedarme de manera exclusiva en las necesidades de carácter colectivo que pesan sobre La Rancha, comunidad perteneciente a El Cercado, fuente donde brotan desde su origen, magníficos cerebros, mismos que han dejado y dejan impregnadas sus huellas en todos los ámbitos de la vida laboral y profesional. 


Cuando se habla de la producción de excelentes estudiantes y profesionales, es necesario fijar la vista en ese pequeño terruño.


Los aportes de la comunidad son innegables, sin embargo, la retribución o apoyo en cuanto a las políticas públicas, de parte de las autoridades municipales y gubernamentales, ha sido casi nula, dejándola en el plano de las promesas, acciones que salen a relucir como temas de campañas electorales, para luego no dar sus caras a ver y, si eso ocurre, vuelven a prometer sin inmutarse una y otra vez.


Son muchas las décadas, pidiendo la construcción de una carretera que llegue y de la vuelta a Las Palmita 1 y 2, misma que tuvo un principio de ejecución después de incontables peticiones, siendo ignorada por las actuales autoridades, quienes prometieron su culminación. 


Por ahí ni miran, con lo que maltratan inmisericordemente a mucha gente que merece mejor estilo de vida, dado lo mucho que aportan.


Otras necesidades que al parecer no tienen dolientes, son los caminos de acceso a importantes parajes, con nombre de Los Caimoníes, Cartones, Quemado; de igual modo, construcción Pley El Quemado, multiuso, Cementerio, etc.


Sobre el Parque, obra prometida, se libra una importante lucha a nivel municipal, ya que se decidió dar el primer picazo y la propia demolición del existente, pero se nota una preocupante lentitud, aspecto que deberán resolver con hechos las autoridades edilicias, tal y como lo prometieron ante connotados comunitarios.


Debo decir, según la impresión que he visto en los últimos meses y días, que ha sido tanto el martirio sobre La Rancha, que la están llevando a despertar del largo letargo, y se dispone a poner en práctica mecanismos de lucha, dirigidos a que le resuelvan lo prometido, dejando claro lo de llegar a las instituciones y funcionarios comprometidos sin dilación alguna.


La Rancha va por lo que le pertenece, pónganse claros y eficientes, ya basta de tanta dejadez hacia ese hermoso pedazo de tierra, donde se trabaja y se estudia. Ah, también merece ayuda de algunos de sus hijos, eso se espera desde hace mucho.

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