Cesar Vargas

LOS CHAPULINES DE LOS PUEBLOS

No hay dudas que la gestión que encabeza el presidente Danilo Medina al sopesar sus luces y sombras, prevalecerán más las luces que las sombras, sin embargo la forma y el momento en que se produjo la reforma constitucional para permitir la reelección tendrá a corto, mediano y largo plazo un costo impredecible para el sistema de partidos y la democracia en la República Dominicana.

Nunca en la historia de vida democrática se había visto que tantos dirigentes de renombre tanto del partido en el poder como de las fuerzas opositoras hayan tomado la “sabia” decisión de cambiar de banderas, pues no pasan 24 horas sin que en los diarios digitales y los demás medios de comunicación aparezca un titular anunciando el cambio hacia otro bando de uno de estos señores que en su generalidad han querido engañar a sus demarcaciones y engañarse a sí mismos creyendo que la salvación de los que los rodean depende de si ellos son candidatos o no a una posición.

Lo peor de todo es que la generalidad del liderazgo nacional salvo raras excepciones ha sido quien ha patrocinado estas atrocidades para preservar la “unidad y fortalecimiento del partido.

Hoy ante esta situación hay entre los mandos medios y bajos de los partidos principalmente en los que se creen con posibilidades mucha gente que pasan los días temblando y sin saber cómo llevar la tranquilidad a sus conciencias después que le han servido a los dos bandos.

¿EN QUE PARTIDO CONFIAR?

Lo más doloroso es que no se visualiza una salida a corto plazo, porque si malos son los partidos grandes, malos son los más pequeños que han decidido “fortalecerse” asumiendo a los que con la maña parida han decidido mudarse a ellos contaminando con su llegada la candidez de los mismos sin darse cuenta que con ello no le dejan opción sana a un pueblo que merece mejor suerte.

En cuál partido se puede confiar si ahora hasta los más nuevos están llenos de viejos mañosos que con tal de ser candidatos a algo o de un nombramiento han sido capaces de venderle su alma al mismísimo diablo.

Espérenme ahí…………………..