Violencia en los Centros Educativos es hoy un problema.

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La violencia en las escuelas es un tema muy viejo, es decir, siempre ha existido, la misma se origina con la escuela misma. Es evidente que la escuela por naturaleza, genera violencia por la diversidad de niños, que asisten, a los centros educativos, competencia, por diversos motivos; su inteligencia, belleza y color; La envidia, la lujuria, la inmundicia, la cizaña, las intrigas, son parte de un engranaje de odio y el rencor se expresa por medio de agresiones físicas y bullying, cuando no se tienen las verdaderas armas, para enfrentar este tipo de competencia.


Naturalmente la víctima no comete acto alguno que provoque a sus compañeros, que no sean sus características y cualidades. En el pasado había agresiones similares, pero obedecía a una conducta prácticamente inocente. Las agresiones no eran con tanta saña ni odio, nunca pretendía matar, ni dañar a otra persona. Existía la burla pero era casi como un juego, se entiende que era hasta divertido, provocaba risa y se pasaba hasta un buen rato. Esos tiempos eran sin malicia, todo muy sano aun con la existencia de las fuerzas impostergables del bien y del mal.


En cambio hoy en este mismo contexto de agresiones y violencia, ocurren hechos hasta criminales, esta denominación el bullying, puede contribuir a estereotipar los jóvenes de manera imborrable y destruir su vida para siempre. En consecuencia se genera una gran cantidad de hechos violentos con saña dispuesta hasta ejecutar actos criminales. En función de esto ahora es otro problema patente social, en los centros educativos, que hay que atender. Esta es otra tarea del ministerio educativo, porque cuenta con suficiente herramienta y recursos, para llevar a cabo esta tarea.


Las escuelas están llenas de orientadores, si estos realizan bien su trabajo, pueden prevenir en los centros educativos los actos de violencia. Tal vez el trabajo de estos educadores está evitando hechos de violencia más impresionantes en el país. El sistema de educación podría apoyar el área de Orientación y Psicología, aplicar proyectos para crear afectos y disminuir aquellos sentimientos que están produciendo la violencia escolar.


Si los orientadores se sientan en su oficina a esperar que le lleven los problemas que pasan en las aulas y no tiene un proyecto de centro, con una visión y una claridad de la misión, podría haber mucha violencia escolar y vivir en constante lucha por escarmentar a los provocadores de agresiones. Hay que fomentar una cultura de paz desde la infancia hasta la vida adulta. Este trabajo no encuentra otro lugar de acopio que no sea la escuela. La violencia escolar debe ser combatida desde la misma escuela.



La autora es docente de la UASD.


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