¿Es ilegal o ilegítimo el poder del PLD?

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Por: Rubén Moreta


Sectores auto proclamados liberales, les fascina la idea de que en la Republica Dominicana se produzca una alternancia del poder político. Esos críticos parten de la perspectiva de que la formación política que nos gobierna –el Partido de la Liberación Dominicana (PLD)-, acumula mucho poder.


Quienes así piensan pierden de vista de que la lógica de la alternancia en el poder político no es una cuestión mecánica, impuesta, regalada o dictada, sino un producto de la arquitectura constitucional y el resultado de procesos electorales, cada cuatro años.


El soberano –el pueblo- en las sociedades democráticas, es quien sube y baja partidos y gobiernos; quien da y quita poder. No entender este factor es torpeza y estupidez. Es ese mismo soberano –el pueblo- quien decidió prolongar por cuatro periodos consecutivos el inquilinato en el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (2004-2020).


Recordemos que tras la crisis política generada en las elecciones del 1994, donde se produjo un fraude colosal en contra del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y su candidato presidencial José Francisco Peña Gómez, se reformó la Constitución Dominicana, estableciéndose que cada presidente electo gobernaría solo 4 años y “nunca jamás”.


Fue el presidente perredista Hipólito Mejía, quien en julio del 2002 patrocinó una reforma constitucional que restableció la figura de la reelección presidencial, eliminando el “nunca jamás”, y luego, tras el “pacto de las corbatas azules”, firmado el 14 de mayo del 2009 entre el Presidente Leonel Fernández y el líder del PRD, Miguel Vargas Maldonado, se estableció en la Constitución del 2010 la no reelección consecutiva, permitiéndose que un ex presidente, dejando pasar un periodo, pueda volver a presentarse como candidato a la primera magistratura de la nación.


Son infundadas, ilógicas y carentes de fundamento político y jurídico la crítica e impugnación al PLD por el supuesto excesivo poder que posee, controlando el ejecutivo, el legislativo y el judicial. El poder que acumulan los morados es legal y legítimo, aunque cause ronchas a muchos pseudo demócratas.


Las reglas del modelo político de República Dominicana están definidas y son de conocimiento de todos los actores sociales. Intentar impugnar las normas o al árbitro tras una derrota, porque se ha sido incapaz de vencer al contrario, no es un ejercicio ético y moral.


El PRD en el 2000-2004, acaudillado por Hipólito Mejía, también tuvo control absoluto de los poderes públicos: ejecutivo, legislativo (el PLD tenía un solo Senador), el aparato judicial y los ayuntamientos. También fue el soberano quien le dio ese poder –legal y legítimamente- al partido blanco y luego –insisto- el mismo soberano lo despojó del mismo. Así funciona la democracia.


El autor es Periodista y Profesor UASD.

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