Trump amenaza a Venezuea: “ No hablare con Madruro hasta que restaure la democracia en Venezuela”

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EL MATERO.- Donald Trump agarró de nuevo la caja de cerillas este viernes por la noche y advirtió a Venezuela de la posibilidad de una acción militar si la escalada autoritaria del Gobierno de Nicolás Maduro persiste y la consideran necesaria. En una semana que tendrá su capítulo en historia por las amenazas cruzadas entre Estados Unidos y Corea del Norte, armas nucleares incluidas, el presidente de América lanzó un aviso de plomo sobre Caracas: "Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluida la militar si fuera necesario", dijo desde su club de golf de Bedminster, en Nueva Jersey, donde pasa sus peculiares vacaciones.


Venezuela respondió acto seguido a través de su ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, quien aseguró que las fuerzas armadas estarán en primera fila para defender la soberanía del país. Además, según la Casa Blanca, Maduro pidió una llamada telefónica con Trump esa misma noche, pero el mandatario estadounidense respondió que no hablará con él hasta que se restaure la democracia en el país.


Trump había lanzado su advertencia sobre posibles acciones militares contra Venezuela tras una reunión sobre seguridad con el secretario de Estado, Rex Tillerson, la embajadora de EE UU ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, y su consejero de Seguridad Nacional, el general H. R. McMaster. El tema estrella del encuentro y de las preguntas de los periodistas iba a ser la tensión con Pyongyang, pero hubo palabras gruesas para el país caribeño, con sus dosis necesarias de inconcreción.


"No voy a descartar la opción militar, es nuestro vecino y tenemos tropas por todo el mundo. Venezuela no está muy lejos, y la gente allí está sufriendo y está muriendo", enfatizó. La situación del país, apuntó, se ha convertido "en un desastre peligroso". Un periodista le preguntó qué opciones consideraba para el país y es entonces cuando comenzó su declaración: "Tenemos varias opciones sobre la mesa y, por cierto, no voy a descartar la militar".


El yo militar de Donald Trump se está haciendo oír tras un final de curso aciago en el Senado, distanciado de los legisladores de su propio partido tras el sonado fracaso de su reforma sanitaria en la Cámara. No ha lanzado esta vez "la madre de todas las bombas", como el pasado abril en Afganistán, ni ha atacado instalaciones del régimen en Siria, como hizo por esas mismas fechas, sino que ha optado por discursos belicistas de "furia y fuego" con Corea del Norte. El aislacionismo con el que flirteó en campaña electoral parece haber pasado a mejor vida.


En la crisis de Venezuela, las declaraciones intimidatorias pueden convertirse en combustible para el presidente venezolano, a quien se le sirve en bandeja la posibilidad de agitar a sus seguidores la idea del intervencionismo estadounidense, el viejo fantasma del imperialismo yankee.


Hasta ahora, Estados Unidos ha optado por endurecer las sanciones contra personas clave del Gobierno y el entorno de Maduro, sin cerrar las puertas a penalizaciones económicas, pero este viernes el presidente advirtió de que también las armas están sobre la mesa. El Pentágono aclaró acto seguido que no ha recibido ninguna orden de la Casa Blanca sobre Venezuela, según Reuters.


La última ronda de sanciones por parte del Tesoro estadounidense tuvo lugar el miércoles y afectó a ocho funcionarios venezolanos -entre ellos Adán Chávez, hermano del fallecido presidente Hugo Chávez- por su papel en la que califican de “ilegítima” Asamblea Nacional Constituyente, el órgano que ha servido a Maduro para usurpar los poderes a la cámara legislativa (controlada la oposición). Las penalizaciones se suman a las impuestas al propio presidente venezolano,así como a otros 13 altos cargos de su Gobierno y el presidente y siete miembros del Tribunal Supremo. 


También fue sancionado el pasado febrero el vicepresidente, Tareck El Aissami, por sus vínculos con el narcotráfico.

Trump dijo que esos 17 días que iba a pasar fuera de la Casa Blanca no eran vacaciones propiamente dichas, que iba a alternar ocio y trabajo. La semana que lleva en Nueva Jersey, a la postre, ha sido un sobresalto permanente, dentro y fuera de su cuenta de Twitter. 

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