El estancamiento en el desarrollo y crecimiento de Las Matas de Farfán

Llegar a Las Matas de Farfán es una de las experiencias más bizarras que le puede pasar al cerebro. Al arribar a un municipio histórico por sus legendarios héroes de batallas como Cachimán y La Estrelleta, José Joaquín Puello, Valentín Alcántara, Bernardino Pérez, Antonio Duvergé, Aniceto Martínez, Francisco Moreno, Juan Evangelista Terrero; éstos son sólo algunos de la larga planilla de personalidades que crecieron moralmente en el lugar.

Sin embargo, al observar el entorno pareciera que se llega a un pueblo suspendido en el tiempo, pues los avances de infraestructura son mínimos. El crecimiento urbano no se ha hecho acompañar de una adecuación de las áreas transitables, de los espacios comerciales, etc. Se tiene una juventud que si bien exhibe dotes de gran inteligencia y dinamismo, no es menos cierto que su creatividad parece servir para su propia devaluación como entes productivos de la sociedad dominicana.

Es contraproducente observar el creciente número de adolescentes embarazadas, muchas de las cuales abandonan la escuela a destiempo. Pero también los jóvenes de sexo masculino dejan mucho qué desear, ya que pareciera que el ocio y las bebidas alcohólicas son el centro de su actividad diaria. Si bien es responsabilidad de los padres encaminar a su prole hacia buenos horizontes, cabe destacar que el gobierno debe proveer de los servicios básicos que por lo menos estimulen el crecimiento físico e intelectual sano.

El problema radica principalmente en la falta de opciones: la banda de música está reducida a su mínima expresión por falta de instrumentos; las actividades deportivas no se ven incentivadas de forma tal que los jóvenes queden enganchados en el buen ánimo de practicarlas: sumado a todo esto está la falta de control de los padres y las autoridades locales. Es contraproducente ver que de cada cinco motores que circulan en el pueblo, al menos tres son conducidos por menores de edad, mismos que no tienen sustento moral ante un accidente de tránsito; es pues cuando me permito repetir que la irresponsabilidad de los padres es mayúscula.

Pero también el ámbito infraestructural se tiene carencias que no permitirán lograr el cometido de llegar a ser Provincia, ello debido a que no existe una organización de las personas, profesionales y empresarios que dispute por tal titularidad. La raíz del asunto está en la unidad y en la gobernanza local. Actualmente se están haciendo esfuerzos en la alcaldía municipal, sin embargo, el tradicional fallo del ayuntamiento es la exclusión de los munícipes en el desarrollo de proyectos de mejoramiento y acondicionamiento del entorno. Un ejemplo es el área del supermercado El Nazareno, el que por buena o mala suerte está en el sector del mercado público. La cuestión es que este establecimiento, pese a los beneficios obvios para con los munícipes, trae sus propias carencias, tal como es la que más relevante: no tiene un área de parqueos que se corresponda con su capacidad instalada; y en consecuencia se tiene el caos vehicular en ese tramo de la calle 19 de marzo.

A propósito de la 19 de marzo y el tráfico vehicular, es uno de los problemas centrales a resolver, dado que no se ha tomado en cuenta que el crecimiento en las adquisiciones de automóviles y motocicletas trae consigo un congestionamiento inherente; y ello requiere planeación urbana.

La recomendación general es que se estimule a la participación de toda la población y que se creen legislaciones locales que permitan encaminar a Las Matas de Farfán a un crecimiento y desarrollo verdadero. Que se creen las asociaciones de comerciantes pertinentes que permitan la cooperación y el desarrollo de proyectos comunitarios con miras a generar empleo para la juventud. Estas son pequeñas acciones que terminarán en un enriquecimiento del conocimiento y la cultura de Las Matas de Farfán.

Ricardo Joel Almánzar Fortuna, M.D.