​Emilia Ferreiro entrevistada por Marina Otero, si los docentes no le gusta leer no pueden despertar el gusto por la lectura en los alumnos

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El Matero, Las Matas de Farfán.-Esta educadora es la más joven discípula de Piaget, su método ha transformado la alfabetización en los últimos tiempos, afirma que si el docente no le gusta la lectura no puede contribuir a formar un estudiante en el placer por la lectura, la misma advierte que esta meta puede ser objeto de todos los estudiantes si los docentes quieren. Para ella la escuela es culpable de la baja calidad educativa porque trabaja con ideas descontextualizadas.


Emilia Ferreiro es una identidad, un estandarte, un libro, que se consulta por todo aquel que quiere alfabetizar de verdad, su legado ha recorrido el mundo. Cambiando los paradigmas y sustituyendo los métodos de alfabetización tradicionales, fundamentados en la repetición de silabas y palabras sin significación., orientando su metodología al sentido.


Su tesis doctoral fue dirigida por Jean Piaget en la Universidad de Ginebra. Ha recorrido Europa y América orientando a los profesores, es autora de un sin número de artículos científicos y ha sido reconocida varias veces como doctora honoris causa, por varia universidades donde podemos citar la universidad de Córdoba en 1999.


Esta investigadora apuesta a la profesionalización del docente, todos los niños pueden aprender y que la escuela solo cree en las transformaciones que ella produce. Para ella la lengua es lo más importante enfatiza en la alfabetización como uno de los principales males de la educación, porque se arrastra de grado en grado.


Hoy en día nadie puede sentirse alfabetizado, si solo puede descifrar una información y firmar, desde el siglo XX ha habido un desarrollo con la virtualidad y el conocimiento, el centro educativo sigue formando el pizarrón con textos muy pobres a espalda de la diversidad. Alfabetizar con seguridad recorriendo la diversidad textual del mundo de hoy.


Según Emilia Ferreiro la escuela no admite elementos que no hayan sido producidos por ella y por eso el avance de la humanidad la deja atrás, como es el caso de la calculadora y la tecnología que es una cultura de escritura y oferta muchos beneficios.


Ella asegura que para que el niño se interese en la lectura y la escritura el maestro debe modelar lo que sabe y hacerle entender para qué sirve la lectura y que quiere decir saber leer y escribir.


Si el maestro no le gusta la lectura no puede hacer que un niño aprenda a leer y desarrolle el placer por la lectura, es difícil hacer que el niño se interese si este nunca se interesó. Aún hay mucho que hacer para dignificar la labor del docente y esta sea una carrera prestigiosa.




El maestro es un profesional, que debe saber lo que está haciendo y por qué lo está haciendo. Su papel no debe relegarse a buscarle un hogar al fracaso, su deber es enfrentar el reto y el desafío con responsabilidad.


La alfabetización según esta es difícil, pero cuando el docente, se tropieza con la forma de realizar, abandona los paradigmas tradicionales y acepta que su presencia en ese lugar es porque lo puede hacer, tiene que estar consciente de que aprender es posible.


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