La llamada democracia

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Mientras se camina en aquellos lugares que llenan de armonía el espíritu humano. Ponerse en contacto con el mar, la playa, escuchar el sonido del viento. Sería bueno quedarse de vacaciones y no retornar nunca a la realidad. De regreso comienzan los ciclones y terremotos, que son parte de ese engranaje de la naturaleza, se suma a la humanidad que se ha creado una serie de problemas: asesinatos, violencia intrafamiliar, delincuencia y crimen organizado, pobreza, injusticias, un país sin hospitales y una educación de mala calidad.


Lo que ocurre en este país, es un individualismo, que posterga toda lucha por un bien colectivo. Las personas se centran en sus intereses por encima de los intereses de la mayoría. Estas privilegian sus sentimientos y aspiraciones. En tal sentido los sentimientos ahogan la razón en contubernio con la hipocresía y un positivismo falso.


En realidad lo que sucede es que la gente no sabe la magnitud de las libertades para abrirle paso a los deseos y caprichos, de modo también que facilite las pretenciones y libertades de los demás. Las actuaciones llenan de maldad e ideas narcisistas, provocando por un momento ser protagonista aunque sea un patriotismo exacerbado.


Significa esto un teatro en torno a convencer un conglomerado social, que en lugar de actuar con la lógica, lo que hacen es perder la cordura y la homogeneidad discursiva. De este tipo está llena la humanidad, mientras un grupo trabaja otros están planeando como robarle y quitarle la vida, esto es un real aberración.


La ley de leyes, es decir, la constitución, está muy clara con respeto a los derechos y deberes de todo ser humano, hay un régimen de libertades, la llamada democracia, que permite crear direcciones, que llevan a tierras fértiles o por el mundo oscuro, que solo planea perversidades.


Este es la democracia para estas gentes, que creen que todo lo pueden, tomando la justicia y las libertades en sus manos. Eso no debe continuar así. Lo que se aprecia es que la democracia está en un proceso de decadencia, porque lo que está pasando o acabará el mundo o habrá que cambiar de ideología política, o un neófila transformación.


La autora es profesora universitaria.

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