Voz poderosa de Jesús.

Desde el tiempo de los profetas Dios dirige  su pueblo, busca hacer de los hombres almas santas y buenas en comunión con él. Es lógico que el señor elige su gente, él sabe quién puede y quien no, todo lo ve y dirige nuestras vidas. Nuestro comentario de hoy eso trata como llegar al fondo de las enseñanzas de Jesús.

La decisión de tomar la ruta del señor está en los temerosos lo que encuentran explicación a las incógnitas de la vida en el señor Dios. Estas personas con su fe pueden ser capaces de lograr mover una montaña según el argot popular. Esa esperanza cubre la tierra de su plenitud  llama, encuentra quien responda.

La voz del señor es poderosa capaz eliminar las impurezas, traer el perdón, confiar en su pueblo. Lo confirma Isaías (6,1-2a.3-8): el pueblo de Dios no teme en clamar, cantar al mundo la gloria del señor.

En todo ese camino Jesús el último profeta el mismo Dios se entrega para salvar el mundo de sus pecados y gracias a él existe un antes y un después para la humanidad. D.C el mundo ha librado grandes batallas, ideologías políticas, esclavitud, dictaduras, pero sus palabras no pasaron tal como lo dice la canción, cada momento de la humanidad ha pasado, Jesús sigue siendo el mismo.

Cielo y tierra pasarán pero su palabra no pasará, sangre y sufrimiento hasta finalmente reconocer en Cristo un redentor del mundo, hasta que vuelva.

Jesús  según su dictamen insta a sus discípulos a ser pescadores de hombres, que significa esta frase, su misión ahora es predicar el mensaje de justicia, paz, amor y libertad que Jesús en su maestría preparó al mundo, ver el rosto inmaculado de Jesús profundizando sus enseñanzas.

Para que estos confiaran Jesús le hizo el milagro de pescar y compartir con los demás pescadores echaron las redes y estas respondieron. Una manifestación de su gloría delante de su pueblo, a la vez un mensaje de irse a lo profundo para poder encontrarlo y hacerle pescadores de hombres, es decir, su misión más allá de la pesca es captar seguidores para el reino de Jesús.

El quiere que su pueblo lo conozca y vea su cara, cuantos  van cristianamente a la iglesia no logran ver su rostro, no por falta de fe, sino por no conocer las profundidades de sus enseñanzas su misión en el mundo.