Transformación Educativa a través de la Terapia Comunitaria Integrativa: una jornada inolvidable

|

Rosaura 016


El pasado encuentro liderado por la Dra. Rosaura Gutiérrez y conducido magistralmente por la Terapeuta Comunitaria, directora del Politécnico Monseñor Reilly, Grissel Mateo, acompañada por Regina Melo, Helenice Basto, Virginia Aviles de Puerto Rico, marcó un hito significativo en la intersección entre educación y bienestar emocional, al demostrar cómo la Terapia Comunitaria Integrativa (TCI) puede convertirse en una herramienta transformadora dentro del ámbito educativo. Este evento, cargado de simbolismo, emociones y aprendizajes, conjugó la celebración de logros alcanzados por los participantes del programa de TCI con una profunda reflexión sobre su aplicabilidad en la vida profesional y personal de los educadores. Fue, sin duda, una jornada inolvidable de intercambio, crecimiento colectivo y celebración del cuidado mutuo.


La actividad dio inicio con una emotiva ceremonia de graduación de un grupo de participantes que culminaron su proceso de sensibilización en Cuidando del Educador: La pedagogía del Ser. Este momento estuvo enriquecido por la serenidad y conocimiento de la maestra de ceremonia Grissel Mateo al introducir los discursos de diversas personalidades, entre ellos Juan Esteban Mateo Vicioso, Técnico Regional 2, Genarina Santos encargada de proyectos, Cristina Martínez técnico nacional del departamento de orientación y psicología de Ministerio de Educación Dominicano MINERD y el director regional 02 de San Juan, Pablo Espinosa, las técnicos distritales Reyna Lara y Vianna Medina Familia. Destacaron especialmente las palabras del maestro Anthony Paniagua Beriguete, vicerrector ejecutivo del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU), recinto Urania Montás, quien subrayó la necesidad urgente de cultivar en el ámbito educativo valores como la autorreflexión, la compasión y la empatía.


Rosaura 010


Durante la ceremonia, se resaltó la relevancia de la TCI como una vía para fortalecer la resiliencia y la neuroplasticidad en los educadores, facultándolos para enfrentar los retos diarios de su labor pedagógica. Este enfoque sitúa al educador como sujeto activo de su propio cuidado, recordando que solo quien está bien consigo mismo puede cuidar adecuadamente a otros. La entrega de certificados no fue un acto meramente formal, sino la afirmación del compromiso de los graduados con la transformación de sus entornos a través del poder terapéutico de la palabra, la escucha activa y la construcción de redes de apoyo.


Uno de los temas centrales del evento fue el bienestar emocional de los docentes. Se reconoció explícitamente al educador como cuidador, un rol que muchas veces se ejerce en condiciones de alta demanda emocional, sin los apoyos necesarios para sostenerlo de manera saludable. Se promovió entonces una mirada holística, donde el desarrollo profesional no puede separarse del crecimiento personal. En ese contexto, la gestión emocional, la confianza, la creatividad y la autoconsciencia fueron destacados como pilares esenciales para un desempeño profesional sostenible, motivador y significativo.


En este marco se presentó el programa “Cuidando al Cuidador”, una propuesta que busca ofrecer espacios seguros y formativos para que los docentes reconozcan sus propias necesidades emocionales, desarrollen herramientas de autorregulación y fortalezcan sus lazos con otros profesionales. La entrega de certificados a los participantes de este programa fue uno de los momentos más emotivos de la jornada, reflejando la gratitud y el impacto positivo generado por la iniciativa. Se discutió también la necesidad de ampliar este programa en términos de duración y profundidad, así como de integrarlo a los planes de formación docente inicial y continua.


Un espacio especialmente enriquecedor fue la exploración teórica y práctica de la Terapia Comunitaria Integrativa, facilitada por diversas voces expertas. Se explicó cómo la TCI parte de la premisa de que todo ser humano tiene saberes, recursos y fortalezas que pueden emerger y compartirse en un contexto de respeto y horizontalidad. El enfoque, de raíces comunitarias, enfatiza la importancia de la palabra compartida, la validación del sufrimiento y el fortalecimiento de redes afectivas como medios para promover la salud mental y emocional.


R0SAURA MARTES


La presentación de la ABRATECOM (Asociación Brasileña de Terapia Comunitaria) aportó una perspectiva amplia sobre la expansión de esta metodología en América Latina. Actualmente presente en más de 40 países, la TCI se ha consolidado como una herramienta accesible, pertinente y eficaz para trabajar en contextos de vulnerabilidad emocional, violencia, estrés y fragmentación comunitaria. En ese sentido, la Dra. Rosa Clarín, reconocida experta en pedagogía del ser, compartió su experiencia en la implementación de la TCI en la República Dominicana desde el año 2018. Basada en los principios del educador Paulo Freire, la teoría de la comunicación y el pensamiento sistémico, su intervención destacó la dimensión liberadora y humanizadora de esta práctica.


Rosaura 011


La jornada concluyó con una profunda sensación de gratitud, esperanza y compromiso en donde algunas de las orientadoras participantes compartieron valiosas experiencias. Se reconoció el trabajo de cada uno de los participantes, así como las valiosas contribuciones de los oradores e instituciones aliadas. Se enfatizó la importancia de continuar formando terapeutas comunitarios y de fortalecer la red de apoyo entre profesionales comprometidos con el bienestar humano. La  ponencia de la coordinadora del CDC ABRATECOM la psicóloga Victoria Barreto, coordinadora del equipo científico Brasil, María Lucía Reis, coordindora del Comité Científico Deliberativo (CDC) y Regina Melo formadora internacional y la participación de Helenice Basto y  Virginia Aviles del Polo Anichi Taiguey de Puerto Rico, ofrecieron una visión panorámica de las posibilidades futuras de la TCI, en especial su inclusión formal en los sistemas educativos como herramienta pedagógica y emocional 


En definitiva, este evento no solo celebró logros individuales y colectivos, sino que sirvió como un catalizador de conciencia, vocación y acción transformadora. La Terapia Comunitaria Integrativa se posicionó como una alternativa sólida para acompañar los procesos educativos desde un lugar de cuidado, respeto, escucha y colaboración. Fue un recordatorio poderoso de que cuidar al educador es cuidar a la educación misma, y que espacios como este son esenciales para construir una escuela más humana, sensible y comprometida con el desarrollo integral de todos sus actores.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Para recibir nuestras noticias o hacer denuncias, escribanos al correo diarioelmatero@gmail.com o al Whatsapp 829 232 5283