La crisis en Cuba que no está disfrazada: las desigualdades se exacerban en las calles

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Por Juan Carlos Espinosa 


DIARIO EL MATERO, La Habana (EFE).- Frente al hotel cinco estrellas Gran Muthu Habana, edificio de 27 pisos de capital indio erigido frente al mar, dos cubanos voltean un contenedor de basura en busca de algo de valor antes de que salga el sol.


Uno de ellos, José, tiene 56 años. Viaja cada vez que puede a la capital desde Guanajay (Artemisa, 50 kilómetros al suroeste) para recolectar lo que pueda pidiendo dinero y comida a yumas (extranjeros) o cubanos de alto poder adquisitivo –»los que tienen carros modernos»– que encuentra.


Su lucha diaria por la supervivencia es parte de un relieve cada vez más notable en las calles y que esta semana puso en el centro de la polémica a la ahora exministra del Trabajo.


Marta Elena Feitó, quien estaba al frente de la cartera desde 2019, sostuvo el lunes en el Parlamento que no existían mendigos en Cuba sino gente «disfrazada» que se buscaba una «vida fácil». E invitó a la gente a no bajar la ventanilla del coche para darles dinero.

Veinticuatro horas después, el presidente Miguel Díaz-Canel reprobó sus palabras y para el final del día la dirigente renunció al cargo.

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Los años de crisis económica cronificada han dejado tras de sí un país con una visible desigualdad y con más gente en el desamparo, según coincidieron expertos consultados por EFE.


Crisis y desigualdad en Cuba

Los datos públicos sobre la desigualdad, así como de la mendicidad, son limitados. Aunque sí que son palpables tras cinco años de crisis con una caída acumulada del PIB del 11 %, una inflación que ha triplicado los precios en cuatro años y salarios claramente por debajo del costo de vida.


El coeficiente de Gini, el principal indicador de desigualdad social, ha pasado del 0,25 (sobre un máximo de 1) en 1989 a estar entre el 0,4 y el 0,5 en la actualidad, según los conservadores cálculos oficiales, lo que situaría a Cuba en lamedia de los países latinoamericanos.

Los años de crisis económica cronificada han dejado tras de sí un país con una visible desigualdad y con más gente en el desamparo, según coincidieron expertos consultados por EFE.

Crisis y desigualdad en Cuba

Los datos públicos sobre la desigualdad, así como de la mendicidad, son limitados. Aunque sí que son palpables tras cinco años de crisis con una caída acumulada del PIB del 11 %, una inflación que ha triplicado los precios en cuatro años y salarios claramente por debajo del costo de vida.

El coeficiente de Gini, el principal indicador de desigualdad social, ha pasado del 0,25 (sobre un máximo de 1) en 1989 a estar entre el 0,4 y el 0,5 en la actualidad, según los conservadores cálculos oficiales, lo que situaría a Cuba en la media de los países latinoamericanos.


La crisis en Cuba que no está disfrazada: las desigualdades se exacerban en las calles
Fotografía de archivo de una persona que transita en una carretilla halada por un caballo bajo la lluvia en Mayabeque, a unos 50 kilómetros al sur de La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa 

De acuerdo con el Gobierno, en la isla hay más de 310.000 personas (cerca de 3 % de la población) en «situación de vulnerabilidad». De ellas, unas 3.600 han sido identificadas como «deambulantes» (sin techo o en situación de calle) entre los años 2014 y 2023.


El oficialismo suele atribuir como principal causa de esta crisis las sanciones de Estados Unidos, además de los efectos de la pandemia.

Reformas ineficaces

Sin embargo, los expertos consultados agregan a la fórmula las últimas reformas económicas (sobre todo la unificación monetaria de 2021) y decisiones polémicas recientes como la dolarización parcial del país.


«El ajuste macroeconómico que se ha venido aplicando en Cuba es profundamente asimétrico. Los costos de la inflación, de la devaluación continua del peso (CUP) en el mercado informal y de los incrementos de precios regulados han recaído desproporcionadamente sobre quienes dependen de ingresos fijos en CUP», subraya a EFE el economista cubano Pavel Vidal.



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Fotografía de archivo de varios jubilados, en La Habana (Cuba). EFE/Alejandro Ernesto

En ese mismo sentido, el también economista Mauricio de Miranda agrega que «los únicos ‘ganadores’ [de la crisis] son aquellos que han podido dolarizar sus ingresos a partir de actividades económicas privadas».


«Entonces, por supuesto que los jubilados y los trabajadores estatales son los grandes perdedores porque sus ingresos reales se han contraído sistemática y significativamente en los últimos años», remacha.


Entre 2021 y 2024 el sueldo medio real ajustado a la inflación cayó un 33,5 %, según estimaciones del experto cubano Pedro Monreal, basadas en datos oficiales.

Costos políticos

La segunda pata de la polémica generada por Feitó, coinciden los expertos, es política.


Para el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray, incluso con la renuncia de la funcionaria quedan «cabos sueltos».

Por un lado, destaca, está el papel del Parlamento: «Nadie se atrevió a decir nada ahí porque asumieron que esa era la política del Gobierno (…) Es decir, aceptaron lo que dijo la ministra a pesar de que, obviamente, era una barbaridad», asegura.



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Fotografía de archivo que muestra una persona vestida con camiseta de bandera estadounidense, en La Habana (Cuba). EFE/Yander Zamora

Tras la intervención de Feitó el pasado lunes, los diputados –todos los parlamentarios son militantes del Partido Comunista (PCC, único legal) o miembros de organizaciones afines– de la comisión parlamentaria aplaudieron.


Desconexión con la realidad cubana

El segundo cabo suelto, continúa Alzugaray, es hasta qué punto la posición de la funcionaria, quien es también integrante del Comité Central del PCC, ha sido compartida por otros dirigentes del partido único de puertas hacia dentro.


«Ella es miembro del Comité Central. ¿No dijo nunca eso en el Comité Central? ¿Cómo es posible que tenga esas ideas y no lo dijera en una reunión del Comité o del Consejo de Ministros? ¿Es la primera vez que lo dice? Porque, además, fue una cosa elaborada, no un comentario que se le fue. Esto fue un PowerPoint, con una explicación…», apunta.

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Fotografía de archivo de una persona que transita en una carretilla halada por un caballo bajo la lluvia en Mayabeque, a unos 50 kilómetros al sur de La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa 

De acuerdo con el Gobierno, en la isla hay más de 310.000 personas (cerca de 3 % de la población) en «situación de vulnerabilidad». De ellas, unas 3.600 han sido identificadas como «deambulantes» (sin techo o en situación de calle) entre los años 2014 y 2023.

El oficialismo suele atribuir como principal causa de esta crisis las sanciones de Estados Unidos, además de los efectos de la pandemia.


Reformas ineficaces

Sin embargo, los expertos consultados agregan a la fórmula las últimas reformas económicas (sobre todo la unificación monetaria de 2021) y decisiones polémicas recientes como la dolarización parcial del país.


«El ajuste macroeconómico que se ha venido aplicando en Cuba es profundamente asimétrico. Los costos de la inflación, de la devaluación continua del peso (CUP) en el mercado informal y de los incrementos de precios regulados han recaído desproporcionadamente sobre quienes dependen de ingresos fijos en CUP», subraya a EFE el economista cubano Pavel Vidal.


La crisis en Cuba que no está disfrazada: las desigualdades se exacerban en las calles
Fotografía de archivo de varios jubilados, en La Habana (Cuba). EFE/Alejandro Ernesto

En ese mismo sentido, el también economista Mauricio de Miranda agrega que «los únicos ‘ganadores’ [de la crisis] son aquellos que han podido dolarizar sus ingresos a partir de actividades económicas privadas».


«Entonces, por supuesto que los jubilados y los trabajadores estatales son los grandes perdedores porque sus ingresos reales se han contraído sistemática y significativamente en los últimos años», remacha.


Entre 2021 y 2024 el sueldo medio real ajustado a la inflación cayó un 33,5 %, según estimaciones del experto cubano Pedro Monreal, basadas en datos oficiales.

Costos políticos

La segunda pata de la polémica generada por Feitó, coinciden los expertos, es política.


Para el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray, incluso con la renuncia de la funcionaria quedan «cabos sueltos».

Por un lado, destaca, está el papel del Parlamento: «Nadie se atrevió a decir nada ahí porque asumieron que esa era la política del Gobierno (…) Es decir, aceptaron lo que dijo la ministra a pesar de que, obviamente, era una barbaridad», asegura.


La crisis en Cuba que no está disfrazada: las desigualdades se exacerban en las calles
Fotografía de archivo que muestra una persona vestida con camiseta de bandera estadounidense, en La Habana (Cuba). EFE/Yander Zamora

Tras la intervención de Feitó el pasado lunes, los diputados –todos los parlamentarios son militantes del Partido Comunista (PCC, único legal) o miembros de organizaciones afines– de la comisión parlamentaria aplaudieron.


Desconexión con la realidad cubana

El segundo cabo suelto, continúa Alzugaray, es hasta qué punto la posición de la funcionaria, quien es también integrante del Comité Central del PCC, ha sido compartida por otros dirigentes del partido único de puertas hacia dentro.


«Ella es miembro del Comité Central. ¿No dijo nunca eso en el Comité Central? ¿Cómo es posible que tenga esas ideas y no lo dijera en una reunión del Comité o del Consejo de Ministros? ¿Es la primera vez que lo dice? Porque, además, fue una cosa elaborada, no un comentario que se le fue. Esto fue un PowerPoint, con una explicación…», La investigadora cubana Hilda Landrove también hace énfasis en ese punto.


«La ministra no se mandaba sola. Los planes que un ministro designa para su ministerio en Cuba no son planes que hace exclusivamente. Esas son decisiones colegiadas en el Consejo de Ministros de acuerdo con una serie de principios que determina el Comité Central del PCC», sostiene en entrevista con EFE.


En su reprimenda a Feitó, Díaz-Canel señaló que «desde el partido y desde el Gobierno» no se puede «actuar con soberbia ni prepotencia», ni estar «desconectados de las realidades» del país.



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