DIARIO EL MATERO, Washington (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó este miércoles una serie de órdenes ejecutivas con las que impone aranceles del 50 % al cobre —salvo cátodos de países como Chile—, eleva los impuestos a las importaciones desde Brasil, y elimina desde el 29 de agosto la exención para envíos de bajo costo.
La decisión de suspender la excepción de los aranceles a los envíos comerciales de bajo costo impondrá gravámenes a las importaciones hacia EE.UU. de bienes por valores inferiores a 800 dólares.
Todos los productos que lleguen a EE.UU. a través del sistema postal internacional quedarán sujetos, a partir de finales de agosto, a una tarifa arancelaria calculada según el costo de cada paquete y el país del que proviene, explicó el Gobierno de EE.UU.
La Administración Trump justificó esta decisión asegurando que los envíos de bajo costo exentos de impuestos en EE.UU. están sujetos a «menos controles» que las importaciones tradicionales y que la excepción, en pie desde los años 30, es un «vacío legal».
Estos envíos, argumentó la Casa Blanca, «pueden representar riesgos para la salud y la seguridad nacional y económica».
Entre 2015 y 2024, el volumen de envíos pequeños que llegaron a Estados Unidos aumentó de 134 millones a más de 1.360 millones de paquetes, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, en inglés).
El pasado dos de mayo, Trump eliminó la excepción de aranceles a los envíos pequeños procedentes de China, afectando en especial a gigantes de las ventas en línea como Shein y Temu.
Esta misma jornada, el presidente estadounidense firmó una orden ejecutiva para elevar el arancel que se impondrá a partir del 1 de agosto a las importaciones brasileñas, en represalia por las acciones de las autoridades contra el expresidente Jair Bolsonaro, aliado político suyo.
Trump «firmó una Orden Ejecutiva que implementa un arancel adicional del 40 % sobre Brasil, elevando el arancel total al 50 %, para abordar las políticas, prácticas y acciones recientes del Gobierno de Brasil que constituyen una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos», según un comunicado publicado por la Casa Blanca.
«La Orden concluye que la persecución, la intimidación, el acoso, la censura y el enjuiciamiento por motivos políticos del Gobierno de Brasil contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro y miles de sus partidarios constituyen graves abusos contra los derechos humanos que han socavado el Estado de derecho en Brasil».
El pasado 9 de julio, Trump anunció que había enviado una carta al Gobierno de Brasil (al que ya le imponía el impuesto aduanero generalizado del 10 % que anunció el 2 de abril) amenazando con unarancel total del 50 % a partir del 1 de agosto.
La carta argumentaba que el motivo para los gravámenes no era comercial, sino que responde a lo que, en su opinión, es una «caza de brujas» contra Bolsonaro.
El texto publicado hoy insiste en que Trump ha «reafirmado constantemente» su compromiso a la hora de defender la seguridad nacional estadounidense contra amenazas externas, incluyendo las que amenazan «la protección de la libertad de expresión, la protección de las empresas estadounidenses contra la censura ilegal y la exigencia de responsabilidades a quienes violan los derechos humanos».
Asimismo, otra orden firmada por Trump establece un arancel universal del 50 % a las importaciones de productos de cobre y sus derivados, medida que coincidirá con el fin de la actual tregua arancelaria, el próximo 1 de agosto, y marcará el inicio de una nueva fase de gravámenes.
Según un documento distribuido por la Casa Blanca, el Gobierno estadounidense considera que los elevados volúmenes de importación de cobre y la sobrecapacidad global representan una amenaza a la seguridad nacional, al debilitar a la industria local.
La Administración de Trump denuncia presuntas prácticas desleales por parte de competidores extranjeros, entre ellas los subsidios estatales, la sobreproducción mundial de cobre y la laxitud de ciertas regulaciones ambientales en otros países.
Los insumos básicos de cobre, como minerales, concentrados, cátodos, ánodos y chatarra, no estarán sujetos a estos aranceles, aunque sí serán objeto de controles especiales, dado que al menos el 25 % de estos materiales deberán producirse en Estados Unidos.
Sin embargo, el Gobierno contempla posibles incrementos adicionales en los aranceles al cobre refinado en fases posteriores.
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