Huella eterna de la maestra Digna Concepción Rodríguez

Hoy, con un sentimiento de profundo pesar, despedimos de este plano terrenal a la maestra Digna Concepción Rodríguez, una mujer cuya vida fue sinónimo de entrega, compromiso y amor por su comunidad. Nacida en Las Matas de Farfán, el 8 de septiembre de 1944. Digna se convirtió en un referente moral, educativo y social de toda la región, dejando un legado que trasciende las fronteras del tiempo.

Su trayectoria en la educación marcó generaciones. Durante más de veinte años dirigió con firmeza y sensibilidad el Liceo Mercedes María Mateo, institución que bajo su liderazgo floreció como un espacio de formación académica y humana. Para ella, la docencia no era un oficio, sino una misión de vida. No se conformaba con impartir conocimientos, sino que se preocupaba verdaderamente por cada estudiante.

Fue madre en el aula, consejera en los pasillos y abogada de los sueños de los jóvenes. Gracias a su gestión, muchos estudiantes meritorios obtuvieron becas y oportunidades que les permitieron alcanzar la profesionalización y transformar no solo su futuro personal, sino también el de sus familias.

Su vocación de servicio no se limitó a la escuela. La maestra Digna entendía que la educación y el progreso social debían estar acompañados de un compromiso activo con la comunidad. Por ello, participó en múltiples organizaciones sociales y religiosas, aportando siempre su tiempo, sus ideas y su corazón. En la iglesia asumió roles directivos, y en distintos patronatos de la provincia San Juan se convirtió en una voz clara en favor de la justicia social, la solidaridad y el desarrollo colectivo.

Desde el año 2005, la Coopcentral contó con su incansable espíritu de trabajo comunitario. Su participación en los consejos de la institución fue constante, y hasta el final de sus días se mantuvo como asesora permanente, contribuyendo con su experiencia y sabiduría a la toma de decisiones que beneficiaban a cientos de familias.

Asimismo, su paso por el Club Rotario fue un reflejo de su espíritu altruista. Allí ocupó diferentes cargos, siendo el último de ellos el de asistente de gobernación, desde donde impulsó proyectos de ayuda y desarrollo comunitario. De igual manera, su compromiso con la educación superior se hizo evidente al involucrarse en el nacimiento de la Universidad UFHEC en el municipio, contribuyendo a que esta institución se convirtiera en un espacio de formación y oportunidades para la juventud de la región.

Los rotarios de Las Matas de Farfán y de más allá la recuerdan como una mujer que supo vivir el lema del club con absoluta convicción: servir por encima de sí misma.

Pero detrás de la educadora, de la dirigente y de la líder social, estaba también la mujer sensible, amiga fiel y compañera de vida. Digna viajó a varios países, experiencias que enriquecieron su mirada del mundo y que compartió con su entrañable amiga Alba Iris, quien la acompañó hasta el año 2018. Esa relación de hermandad, llena de afecto y complicidad, fue un testimonio de la importancia que Digna otorgaba a la lealtad y al compañerismo.

Hoy, Las Matas de Farfán pierde a uno de sus pilares más firmes, un verdadero tronco que sostuvo, con su sombra protectora, a toda una comunidad. Su partida deja un vacío inmenso, pero también una herencia invaluable de servicio, compromiso y amor.

Los estudiantes que formó, las familias que ayudó, las organizaciones que fortaleció y los amigos que la acompañaron, todos guardarán en su memoria la imagen de una mujer que nunca se cansó de dar. Su vida fue un faro de luz para quienes buscaban orientación y un ejemplo de lucha para quienes aspiraban a superarse.

La maestra Digna Concepción Rodríguez no se despide del todo. Su voz seguirá resonando en las aulas, en los proyectos comunitarios, en las reuniones rotarias y en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de conocerla. Hoy, la comunidad entera se levanta para rendir homenaje a una vida excepcional, y para agradecer el inmenso regalo de su servicio.

Descansa en paz, querida maestra Digna. Tu legado no muere: florece en cada joven que alcanzó un sueño gracias a usted,en cada obra social que apoyó, en cada familia que se benefició de su trabajo y en cada corazón que tocó con tu bondad.