Zulinka Pérez y el derecho a sanar

|


Lucila



La actitud de Zulinka Pérez al aceptar una compensación económica por haber sido afectada por el acontecimiento del Jet Set puede interpretarse como el resultado de un proceso complejo de resignación, maduración emocional y pragmatismo. Aunque a simple vista podría parecer una actitud conformista o incluso contradictoria con una posible búsqueda de justicia, en realidad refleja una profunda reflexión sobre el pasado y sus consecuencias.


Zulinka no olvida lo ocurrido con su padre en un sentido literal, sino que opta por no permitir que ese episodio determine el rumbo de su vida. Este tipo de olvido es más bien una forma de sanación: un esfuerzo por colocar el dolor en un lugar donde no lo consuma todo. Aceptar la compensación no implica necesariamente perdonar o justificar lo sucedido, sino reconocer que el tiempo no se detiene y que la vida exige tomar decisiones que permitan seguir adelante.


Una razón clave para su actitud es la necesidad de cerrar un ciclo. Los procesos judiciales, mediáticos o sociales que rodean casos como el del Jet Set suelen extenderse por años, dejando a las víctimas atrapadas entre el pasado y la imposibilidad de construir un futuro. Para muchos, aceptar una forma de reparación, aunque insuficiente, puede ser una manera simbólica de recuperar control sobre su historia personal.


Otra razón importante puede ser la transformación de su perspectiva con el paso del tiempo. Lo que en un momento fue indignación pura, con el tiempo puede dar paso a una comprensión más amplia de las limitaciones del sistema de justicia, el poder de los intereses económicos o las contradicciones del ser humano. En ese sentido, Zulinka podría haber entendido que seguir aferrada al dolor no cambiaría el pasado, pero sí podría limitar su capacidad de vivir plenamente.


Finalmente, aceptar la compensación también podría interpretarse como un acto de reivindicación silenciosa. Aunque no haya una condena pública ejemplar, el reconocimiento de los hechos mediante una compensación puede representar una mínima forma de justicia o, al menos, de validación del daño sufrido.


En resumen, la actitud de Zulinka Pérez es un reflejo de una realidad emocional y social compleja. Olvidar lo que le ocurrió a su padre no significa traicionar su memoria, sino aprender a vivir con ese recuerdo sin que este la destruya. Su decisión puede ser vista como una muestra de fortaleza emocional, sentido práctico y deseo de seguir adelante sin que el pasado la defina por completo.


Docente UASD.


Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Para recibir nuestras noticias o hacer denuncias, escribanos al correo diarioelmatero@gmail.com o al Whatsapp 829 232 5283