​A propósito de la Restauración

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 Roberto Rosado Fernández


La anexión fue un anhelo de los conservadores desde antes de proclamada la República Dominicana el 27 de febrero  del año 1844.


El general Pedro Santana lo logra, finalmente, el 18 de marzo de 1861, luego de derrotar a Buenaventura Báez y, posteriormente, a los tabaqueros del cibao y conseguir la aprobación de la reina Isabel de España.


En su proclama dijo que la anexión era un anhelo de los dominicanos y que solo la ambición y el resentimiento de un hombre nos separó de la madre patria en 1821 permitiendo la presencia haitiana durante 22 años. Con España se logra la libertad y se aleja para siempre la posibilidad de perderla.


Para 1861 la población dominicana total era de 250 mil habitantes. Las actividades productivas más importantes eran el corte de madera y la agricultura, el tabaco y la miel de abeja.


Otros rubros como azúcar, café y cacao junto a la crianza de ganado, repuntaron pues por motivo de la guerra habían perdido fuerza.


Hubo protestas en contra de la anexión desde  el  mismo día de la proclamación en Moca, JoséContreras, en Neyba, Cayetano Velázquez   y, en San Juan de la Maguana, Francisco del Rosario Sánchez.


El manifiesto emitido por Sánchez declara a Santana, “déspota”,” traidor”,” plagiario de los tiranos” y que cometió un crimen de lesa patria llamando al puebloa” romper las cadenas del despotismo y devolver a los dominicanos la condición de república lograda en febrero de 1844”.


Derrotado estos movimientos anti anexionistas el gobernante español nombró un abultado tren burocrático procedente de España, Cuba y Puerto Rico.


Se elevaron los salarios hasta cinco veces por encima de los dominicanos elevando, además, los impuestos. 

El racismo pronunciado, creernos esclavos pues, partedel personal administrativo provenía de Cuba y Puerto Rico donde existía tal condición.


A las mujeres se les consideraba prostitutas atentando contra sus valores morales y provocándole descontento.


Estas condiciones dan inicio a la contienda armada a dos años de producirse la Anexión.


El pueblo dominicano se unificó en torno al proyecto liberador  dejando de lado, por el momento las parcelas políticas y las pugnas caudillistas que caracterizaron la primera república.


La unidad con el general Fabre Geffrard concitó apoyo y facilitando su territorio para el entrenamiento de las fuerzas liberadoras así como la introducción de armas y pertrechos que ayudaron a organizar y preparar a los combatientes.


El manifiesto de la restauración o acta de independencia dado a conocer dice, entre otras cosas:


La anexión no fue obra de nuestra espontanea voluntad, sino el querer fementido del General Santana y de sus secuaces, quienes en la desesperación de su indefectible caída del poder, tomaron el partido de entregar  a la República…”


La anexión de la República Dominicana a la Corona de España ha sido la voluntad de un solo hombre que la ha domeñado; nuestros más  sagrados derechos, conquistados  y vendidos; el gabinete de la nación española ha sido engañado, y engañados también muchos de los dominicanos de valía e influencia con promesas que no han sido cumplidas.


Si el gobierno de España es político; si consulta sus intereses y también los nuestros, debe persuadirse de que a un pueblo que por largo tiempo ha gustado y gozado de libertad, no es posible sojuzgársele sin el exterminio  del último de sus hombres.”


Del 16 al 19 de agosto en Macabon, Carbonera, otra vez Macabon y Gayubin, Moncion, Los hermanos de Jesús García y Santiago Rodríguez probaron al intruso español la determinante decisión de defender los colores de la bandera dominicana hasta la última gota de su sangre.


Del 31 de agosto al 13 de septiembre se libró la decisiva batalla de Santiago de los caballeros que hizo a los invasores salir del país, vía Puerto Plata, luego de un proceso de negociación que duró hasta julio de 1865.


El 14 de septiembre se instala en Santiago el Gobierno Provisorio Restaurador bajo la presidencia del general Antonio Salcedo.


Con su acción decidida y con la implementación de ingeniosas estrategias, métodos y tácticas de lucha, los dominicanos obligaron a la Corona española a tomar la decisión de retirar sus tropas de la República Dominicana en el mes de julio  de 1865, sin aceptar las condiciones deshonrosas que a través del Pacto de Carmelo quiso imponer el último gobernador español en  Santo Domingo el brigadier José de la Gandara y Navarro.


La guerra restauradora fue una obra diseñada y construida por las masas populares dominicanas quienes, inmediatamente después de producirse la anexión a España, expresaron su descontento y rebeldía a través de diversas formas de protesta, tanto cívicas como armadas, dándole continuidad de ese modo a los ideales y a la lucha por la independencia absoluta de la República Dominicana, iniciada por Juan Pablo Duarte.


La guerra de la Restauración fue una revolución de liberación nacional que tenía como propósito central recuperar la independencia perdida a manos de España, que le había sido entregada por el sector hatero-terrateniente que encabezaba el general Pedro Santana.


Ulises Francisco Espaillat ha dicho sobre la guerra de la restauración;” En la revolución actual fueron las masas que se levantaron, arrastrando consigo a los demás”.


Para Gregorio Luperón;” En aquella grandiosa batalla de la independencia, que será eternamente la mayor gloria y honra de la Nación Dominicana, cada pueblo y cada lugar era un inmenso  campo de combate, ycada dominicano se convirtió en un soldado de la libertad. Y mientras  quede en el corazón de los pueblos el amor a la libertad y a la independencia de la patria; mientras presten culto a la religión del patriotismo, del sacrificio y del martirio; los héroes de la Restauración serán bendecidos y respetada su memoria por todas las generaciones”.


Esta acción protagonizada por la pequeña burguesía liberal, convencida del concepto de libertad e independencia promovido por Juan Pablo Duarte, debe ser difundida en cada rincón donde haya dominicano para que permanezca de por vida en su imaginario.

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