Distinguidos compañeros rotarios, damas rotarianas clubes que nos acompañan San Juan, Maguana y Anacaona club de Leones e invitados especiales.
Cambian los tiempos y se mudan las voluntades”, escribió Cervantes en la segunda parte del Quijote. Hoy, esas palabras adquieren un significado especial para mí, al dirigirme a ustedes por última vez como presidente de este querido Club Rotario.
Un ciclo llega a su fin, y con él, se abre una nueva etapa. Pero antes de dar paso al futuro, quiero detenerme un momento para mirar lo que juntos hemos construido.
Hoy no estamos aquí solo para leer cifras, nombres o enumerar actividades. Estamos aquí para hacer memoria activa del servicio; para rendir homenaje a la voluntad, la entrega y la capacidad que hemos demostrado como club para transformar realidades. Porque servir, como bien sabemos, no es un acto de superioridad, sino un compromiso de humildad y amor por la comunidad.
El informe que hoy les presento no es un documento más. Es el reflejo de un año fecundo, donde la educación, la salud física y mental, la cultura, el medioambiente, el deporte y la solidaridad fueron más que temas: fueron causas abrazadas con convicción. Cada jornada médica, cada árbol sembrado, cada charla impartida y cada acción emprendida en este período nos recuerda que el verdadero liderazgo no se impone, se inspira.
Hemos logrado mucho. Pero más que logros, este año nos ha dejado aprendizajes. Que en la unión hay fuerza, en la constancia hay impacto, y en la empatía hay esperanza. Cada actividad documentada en este informe nació de una preocupación real, de una necesidad comunitaria, y culminó en una respuesta organizada, responsable y profundamente humana.
En estos tiempos donde la indiferencia muchas veces predomina, nosotros elegimos involucrarnos. En lugar de señalar problemas, fuimos parte de las soluciones. Y eso, compañeros, es lo que hace del Club Rotario Las Matas de Farfán un espacio de inspiración y acción real.
Pero no nos detengamos. Que este informe no sea una línea de llegada, sino el punto de partida para soñar más alto, servir más profundo y caminar más unidos. Que no nos cansemos de sembrar esperanza, porque al final, eso es Rotary: sembradores de esperanza en el mundo.
El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no se debe quejar si se le pasa.”
Gracias por haberme permitido gozar de esta ventura. Gracias por confiar, por estar, por hacer. Sigamos sirviendo, siempre.
¡Larga vida a Rotary!
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