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La salida de Leonel del partido viejo deja una impronta en su nuevo partido. Había una centena de candidatos que alcanzaron puestos por ser de su equipo político. Los cuales tuvieron que quedarse en el PLD. La estrategia de dejar esos líderes en el PLD, fue una táctica bien inteligente pero a la vez ilusa de no crearles esas vacantes y que fueran ocupadas por otras personas y ganarle otra batalla.
Pero para que eso funcione hay que contar con personas probadas no con aquellos que son pequeñas islas.
Esos funcionarios electos saben que están ahí por La Fuerza del Pueblo, si Leonel le había puesto candidaturas paralelas en la alianza ellos quedaban fuera. Los directivos del nuevo partido sacrificaron la organización por apoyar candidatos en el otro partido.
Tal es el caso de dirigentes como Bauta Rojas y él diputado Rubén Maldonado llamaron a votar por esos candidatos, sin tomar en cuenta que alimentaban y fortalecían el partido viejo y debilitaban su partido.
Es cierto algunos funcionarios electos se han juramentado en La Fuerza del Pueblo, pero han sido los de abajo que ni siquiera Leonel lo conoce pero son fieles y verdaderos características de la gente pobre que se mueren por su seriedad.
Se esperaba que a esta altura este país tuvieran los aguacates trabajando en torno a Leonel Fernández, sin el ingreso de esos cocotuses, por la gracia de Dios mantiene un sólido segundo lugar. Ellos aparecerán cuando gane, que esperanza de ingratitud y de fidelidad.
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Fraccionar el voto intencionalmente puede ser una medida poco acertada y tocar nuestra moral y una mala señal para los que lo han sacrificado todo en torno a un líder político tan importante como el doctor Loenel Fernández Reyna.
No es correcto dejar un cao seguro por uno que está volando. Leonel en este momento difícil de crisis económica y social, es el camino seguro. Nuestro pueblo no nos perdonará si tomamos medidas equivocadas.
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