​La vuelta a la normalidad no es, que estamos libre de covid-19.

La OMS teme una segunda embestida del COVID-19, posterior a una apertura rápida, en América latina. Es obvio que esto no es un juego, es una realidad, que ha cambiado aspectos tangibles de nuestra realidad. Gracias a Dios, los sectores más vulnerables, no han sido atacados por este virus, por eso hay menos pérdidas de vida y económicas especialmente en nuestro país.

En este país se trabaja en base a medicina correctiva, esta crisis puede contribuir a un salto a una medicina preventiva. No se puede permitir de ninguna manera que esto llegue a los sectores marginados de la nación, sería lamentable y sufrido por todos.

Es lógico pensar que es una obligación por ti y por mí, observar las medidas preventivas, no llevarnos de que aquí no hay eso, recuerden que hay una movilidad nacional, aun sin la apertura del transporte, que si abre, puede ser una amenaza nacional. Contrario a eso la aptitud ha de ser que el uso de mascarillas, lavado de manos y el distanciamiento social ha de ser la nueva cultura.

Otro aspecto cultural que debe potenciarse es el teletrabajo, evita el movimiento social, entaponamientos del transporte, más rendimiento y economía.

Hay que mantener en la memoria que el virus no está en el aire como han querido decir por medio de las fumigaciones, que han hecho algunos candidatos. En cambio la actitud debe ser ubicar el virus en las personas que están a nuestro alrededor. En función de eso la desinfección es con agua y detergente con lavado de las calles, las barandillas donde se colocan las manos, los lugares de apoyos en las filas de los comercios e instituciones financieras.

Finalmente volvemos a la normalidad con expresión de cambios, sin dejar de querernos y compartir. Asumir esto, es que todos somos colaboradores, lo que uno olvida otro lo refuerza sin ofenderse.