DIARIO EL MATERO, Yabucoa (Puerto Rico), 18 sep (EFE).- Hace cinco años, María Rodríguez perdió su casa cuando el ojo del devastador huracán María, que causó cerca de 3.000 muertos en Puerto Rico, tocó tierra en su municipio, Yabucoa, una experiencia que recuerda como la "más horrible" de su vida.
"Nunca había sentido miedo y ahí lo sentí, temí por mi vida pensando que la casa se iba a destruir completa", cuenta un lustro después a Efe Rodríguez, que debido al estrés sufrió una parálisis facial parcial.
La yabucoeña, a sus 69 años, rememora que observó cómo se cayó todo el sistema eléctrico de las calles del municipio: "Temíamos por los autos que no les fueran a caer los postes encima, la casa mía quedó destruida prácticamente toda", relata.
María, un poderoso huracán que alcanzó categoría 5, entró el 20 de septiembre de 2017 por el sureste de Puerto Rico y arrasó toda la isla, provocando unos daños estimados en 100.000 millones de dólares.
SOLIDARIDAD VECINAL ANTE LA TRAGEDIA
Sin embargo, Rodríguez recalca que no todo son malos recuerdos de aquellos días. El huracán sacó a relucir la solidaridad entre los vecinos.
"Tan pronto pasó el huracán, tratamos de unirnos varios de los vecinos para poder abrir paso y poder sacar los autos porque todo el tendido eléctrico estaba en el suelo", relata la mujer, que denuncia que la reconstrucción del pueblo ha sido "lenta".
"Desde el 2017, estamos en el 2022, y ahora es que yo estoy terminando la casa mía. Tuve que mudarme de mi casa por siete meses pagando alquiler afuera porque mi casa estaba inhabitable", indica Rodríguez, quien ya se había jubilado y tuvo que volver a trabajar para pagar la restauración.
Actualmente, la mayor parte de las infraestructuras de la localidad están rehabilitadas, pero todavía se pueden ver algunos inmuebles derruidos y carreteras con un difícil acceso.
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