Amigos, luego de saludarles, les comparto ésta reflexión:
Cuida tu boca, que ni todo lo que piensas, ni todo lo que sabes, salga de ella, a menos que no sea para edificar, jamás para destruir, la vida nos enseña que en un momento de soberbia, se pueden decir cosas que luego se constituyen en armas de doble filo. Además mientras menos hablas, menos te complicas la existencia. Si tienes que hablar, busca el justo momento, es mejor para ti.
Buena suerte.
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