​El pueblo está hablando

Por Onofre Salvador

Dice un refrán popular, que cuando el río suena es porque agua trae. Esto obedece a una media verdad, ya que si bien es cierto, el hecho de ríos con cauce ruidoso, también existen otros muy serenos con poderosas corrientes poco visibles.

Para el caso que nos ocupa, tienen validez una u otra forma, al surtir los mismos efectos. Un pueblo a veces aparenta cierta calma, sin embargo, puede estar preparándose para tomar fuertes decisiones. Igual resulta aquello de expresar su irritación a través de todos los medios disponibles.

La recién pasada semana santa, fecha con un alto componente cristiano, un tanto trastocado por las deformaciones propias de los días que vivimos, observamos, leímos y escuchamos, el denominado sermón de las 7 palabras, con origen en las últimas siete palabras pronunciadas por Jesús al morir en la crucificción. La iglesia católica deja sentir de forma directa el sufrimiento del pueblo dominicano, producto de las nocivas políticas públicas del actual gobierno.

Las formalidades descritas, a las que se suman las inquietudes sociales y de otra naturaleza, nos alertan que hay un pueblo que tiene un grado de inconformidad brutal, por el mal comportamiento del gobierno perremeista, con evidente divorcio entre lo que dice y hace.

Se nota que hay bastante dolor y frustración en la mayoría de la población, sobre todo cuando tiene que suplir sus necesidades de alimentación, salud, educación, y cualquier otro servicio de esos obligatorios. Cuando pasan estas cosas, tal y como ocurre en estos días, no valen mucho los espejismos e ilusiones con los que el oficialismo trata de ocultar la realidad.

Lo que se está sintiendo en esta tierra de Duarte no es nada cómodo, situación que nunca padecen aquellos que disfrutan las llamadas mieles del poder, los que casi siempre flotan en burbujas que no permiten la posibilidad de mirar fuera de su confortable interior. Las palabras del padre Chelo, así como de otros oradores del catolicismo, expresaron parte de lo que el pueblo siente y padece, para ser más preciso, se puede decir que es una muestra de su propia voz.

A lo largo de estos casi 4 años de gestión gubernamental, hay mucha mentira regada, imposible de recoger, fe y esperanzas rotas, de gente un tanto ilusa que les dio por creer en el paraíso que le pintaron.

Se debe decir que hay muchos ojos sin vendas, y otros que nunca permitieron se les coloque, por lo que resulta complicado lo de seguir con lo mismo, cuando en realidad existe una gran opción, completamente distinta a esta improvisada y desenfocada gestión.

El pueblo está hablando, y lo hace en voz de las iglesias, de líderes y organizaciones opositoras, de manera directa, en fin, por todas las vías a su alcance.