​El Divorcio entre la Pedagogía y la Literatura

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Resulta preocupante el solo pensar en comentarios hechos por alguien de una comunidad intelectual tan connotada como la de docentes; claro, nos referimos a un pequeño extracto que ignora la realidad y la entiende como un medio para una vida digna en términos económicos, pero con muy poco deleite por el deber cumplido. Dicho así por un buen maestro al descomponer la palabra “cumplimiento”, “cumplo y miento”. 


La persona de la que hablamos a lo mejor leerá esto y le dará mucha satisfacción disfrutar las líneas, mas le causará pena cuando se entere que algún profesor refutaba lo expuesto en el poema “Mi patria enfermiza” del compañero Aridio Delgado. En lo personal lo asumo como una maravillosa pieza literaria que contrasta las dolencias más comunes en los humanos con los males que aquejan la República Dominicana, se trata de una fantástica alegoría lírica, cuyo principal recurso el símil. Sin embargo, una opinión discrepante la consideró como “Una hipérbole desmesurada e inconsciente de un inexperto”.


Este preámbulo quizás sirva de referente para lo expresado en el texto. Entendiendo que la literatura ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de la cultura y por ende en la educación, de manera que la posibilidad de su existencia antes de la escritura es una hipótesis inconclusa, pero muy lógi


Existe una inevitable relación entre enseñanza, escritura y literatura, pues la primera empezó a sistematizarse con la aparición de la segunda, y la última es insumo y suplidor de la segunda, además sirve de para contextualizar el fin de la primera. Bien se sabe que Grecia fue el escenario del más avanzado concepto de civilización en la antigüedad, allí los grandes maestros emplearon métodos distintos, pero todos algo tenían que ver con literatura.


Aristóteles, por ejemplo, impartía clases el Jardín del Templo de Apolo Licio, de ahí el término “Liceo”, sus procesos se basaban en conversatorios e historias en medio de largas caminatas, por eso sus alumnos eran llamados “Peripatéticos”, pues con parábolas, metáforas y otros recursos estilísticos se despertaba el razonamiento y la capacidad de pensar traducida en aprendizaje. Como este pudiéramos mencionar múltiples casos de la época. Roma también tuvo gran auge en ese sentido, y ni hablar de la cultura helenística, en la cual “La Ilíada” y “La Odisea” del gran poeta Homero se llevaron todos los méritos en el sentido pedagógico y literario.


Siguiendo con ese transcurrir histórico llega la Edad Media y el desarrollo intelectual entra en un aislamiento total, sin embargo, su realidad la conocemos por algunas novelas caballerescas u otros escritos anónimos como El Cantar del Mío Cid y Los Cantares de Gestas. La educación medieval fue eminentemente religiosa, pero La Biblia es para muchos el libro más completo de la literatura universal, es decir que el vínculo educación-literatura siguió siendo el mismo.


Los grandes movimientos socioculturales de la Edad Moderna; Renacimiento, Humanismo, Enciclopedismo e Ilustración junto a todos los demás surgidos con base en estos, estuvieron íntimamente ligados a un mundo pedagógico y literario imposible de soslayar, tanto que quizás la obra más trascendente en materia educativa fue el producto de esa amalgama y el propio devenir histórico. 


Es imposible hablar de enseñanza desde cualquier punto de vista sin mencionar “El Emilio” de Juan Jacobo Rousseau, un escrito que en época de las grandes revoluciones burguesas estableció pautas para formar los individuos desde la concepción hasta la muerte, increíblemente, Allende ser un tesoro literario, se constituye en el manual de todo docente auténtico hasta estos días.


Lo cierto es que el pasar de los siglos han demostrado que la literatura y la enseñanza unidas son una combinación exitosa, pues el hogar es un referente de esto; los padres contaban cuentos, refranes, historietas, fábulas, cantaban, entre otras actividades afines con un solo objetivo; lograr conocimientos en los infantes y adolescentes, de manera que se desarrollaban las dos dimensiones fundamentales de los humanos; el razonamiento y los sentimientos, pero en la actualidad esto se ha perdido casi en su totalidad. 


No es posible especificar motivos, pero la independencia con la que crecen los nativos digitales, la lejanía surgida a raíz de un mundo más pequeño y cercano a la vez y la falta de una cultura literaria actual pudieran ser algunos. Quizás los clásicos universales son cosas del pasado, es posible que la mayoría de las personas con 30 años o menos crea que “El Quijote” no es muy útil para un mundo como el nuestro. Sin embargo, se pudieran citar algunos ejemplos; Julio Cortázar ofreció un recurso maravilloso para pensar con su obra “Rayuela”, construir la genealogía de la familia Buendía es una operación matemática divertida contenida en “Cien Años de Soledad” de Gabriel García Márquez, no hay mejor descripción de la naturaleza y el amor que “Tala” y “Ternura” de Gabriela Mistral, las manifestaciones sociales encuentran lugar en producciones como “Entre la Piedra y la Flor” de Octavio Paz, la moral no podría tener una versión tan verídica como las fábulas de Iriarte y Samaniego, así se escribirían cientos de libros solo con la utilidad de cada obra literaria en la educación, en el caso de República Dominicana, tiene en “La Mañosa” de Juan Bosch y el arsenal poético de Salomé Ureña dos de múltiples ejemplos de vinculo innegable entre el arte de las letras y la pedagogía. 


Algunos pudieran pensar que en la actualidad no hay grandes escritores en Latinoamérica, si es el caso, se trata de una excusa errónea e injustificable, es solo que los lectores son la razón de ser de los egregios artistas del lápiz y el papel.


Hoy día la patria de Ercilia Pepín y Pedro Francisco Bonó está pasando por una etapa crítica, debido a los problemas de comprensión lectora en todos los niveles, así lo demuestran diversos estudios, la inversión y la búsqueda de alternativas no han sido suficiente para mejorar ese rubro tan importante en la educación, que de hecho anda muy mal en sentido general. La literatura no corre por los patios por las noches como hasta gran parte del siglo XX, la música no aporta muchos recursos en materia formativa, incluso los padres son más constructivistas que el propio Piaget o Vygotsky en algunos aspectos, mas se hace necesario reflexionar sobre la forma de vivir y ver el mundo que nos invade.


Les invito a leer un poema a continuación que corrobora mis planteamie



El jíbaro


En un fértil valle al pie de la montaña; grande,

Y el hombre marchita y pronto; arde,

Y sigue costando como antes lágrimas; de sangre,

El pulmón golpea; de su madre;

¿Qué tan hombres son? Cobardes…


Aquí estamos en el medio y más allá,

Aquí estamos; muriendo y ¿Qué más da?

Aquí no hay frutos tiernos; ya no hay más,

Aquí el invierno es infierno; ¿quién sabrá?

Aquí el cruel olvido a galopes va.


¿Será posible comer las piñas salpicadas de miel?

¿Y las hortalizas que más al oriente se ven?

Y uno y otro parque alimento de caudalosos ríos,

Y uno y otro pico casi similares; iguales fríos,

Y latitudes cobijadas de valles; ¡qué bien se ven!

Intramontana belleza; ¿Qué importa a quién?


Jíbaro; el jíbaro que ama la tierra,

Hombre de campo, hombre de entrega,

De amistad franca, manos certeras,

Son mis palabras las más sinceras;

Jíbaro sol de la cordillera…


Hombre sereno entre tantas fieras,

Hombre robusto, alma de ceda;

De un corazón que se vuelve piedra

Cuando destruyen su madre sierra…


Razones tengo; ahora le explico.


Las ricas uvas de hacer el vino,

Y los tubérculos, de aquí vienen,

Y los cantones de arroz y trigo,

Rojas batatas y más leherenes,

Rojos frijoles en los sartenes…


Plátano verde, dulce banano,

Café y cacao en el otro lado,

Fresco tabaco; tanto fumado,

Presas y embalses y peces criados…


En el profundo meridional

Dos sierras forman un triste lago,

Aquellos suelos ricos de sal

Dulces lagunas le están rodeando…


Quiero seguir contando mis penas

Y veo iguanas en el camino

Y hago parada a esta historia negra;

Un eslabón el hombre ha perdido,

Agrias batallas las de Enriquillo…


En la península un cabo cabrón,

En el mismo golfo de las flechas

Discuten unos mi destino en un salón,

Como los monarcas de aquellas fechas…


En Potosí no queda nada,

Su gran riqueza los hizo esclavos,

Plata, igual los llevó a la nada

Y ríos que mueren allá en los gajos;

Diría Don Juan “El enemigo malo”.


Y seguiré hablando señores,

Eterno dolor en mi alma se encierra,

Queda una herida, ya no hay temores

Y a los que vienen, ¿Qué les espera?


Los finos trajes no son los hombres,

Ni los habanos de buen tabaco,

En las historias no están los nombres

De los valientes que mueren flacos…


La explotación produce riquezas;

Unos vasallos, otros villanos,

Abrir los ojos con más pobreza;

Al fin cerrarlos, todo fue en vano…


Y fue la fe cambiada por oro

Y esclavitud era el sacramento

Y los discursos son ahora lloros

¿Y diría quién? es en detrimento


Jíbaro; el jíbaro que ama la tierra,

Hombre de campo, hombre de entrega,

De amistad franca, manos certeras,

Son mis palabras las más sinceras;

Jíbaro sol de la cordillera.



Francisco González Corporán

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