La primera aviadora de España: “Si sabes lo que quieres ser, se consigue”

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El Matero,Tarragona.-La aviadora Bettina Kadner se convirtió en 1969, con 22 años, en la primera mujer piloto de aviones de pasajeros de España. Fue también la primera de España y la segunda de Europa en ser ascendida en 1998 a comandante de aviación comercial.


“Si realmente se sabe lo que se quiere ser, se consigue”


Y cuando se le pregunta lo tiene claro: consiguió ser la primera mujer piloto comercial de España porque sabía “lo que quería ser”. Si realmente se sabe lo que se quiere ser, se consigue”, ecuación que sirve, dice, tanto para los hombres como para las mujeres.


En una entrevista con Efe, recuerda que la concesión de la licencia fue posible porque el consejo de ministros de la época cambió la normativa que impedía a las mujeres ser jueces, y por extensión policías, pilotos o capitanes de barco porque ocasionalmente deben impartir justicia. “Coincidió en el tiempo y me beneficié”, explica.


Kadner, que actualmente cuenta con 73 años, no sabe qué responder cuando se le pregunta si en su campo de trabajo tuvo que esforzarse el doble que los hombres para conseguir el mismo puesto de trabajo porque no sabe “cuánto se esforzaron ellos”.


“Me gustaba volar y lo hacía”


“Hice lo que tenía que hacer”, afirma la aviadora, quien señala que esa norma “siempre” da resultado, aunque precisa que aquella “era otra generación” muy diferente a la de ahora, marcada “por los móviles”. “No pensé nunca que sería un personaje. Me gustaba volar y lo hacía”, resume.


Bettina Kadner, quien confiesa que no le gustan los periodistas porque tampoco le agrada explicar públicamente su vida, defiende que las mujeres “saben hacer dos o tres cosas a la vez”, lo que ayuda a pilotar, aunque esa virtud no es determinante porque lo importante para desarrollar una carrera profesional es tener una buena educación.


En esa tarea, para la que Kadner implica sobre todo a los padres, es en la que se forjan también las voluntades, porque “todo depende de cómo te preparas”, y “eso no tiene sexo”, agrega.


Por eso, continúa, que una mujer sea piloto no quiere decir “que sea mejor”, pero sí que será buena “si se prepara bien”.


El 4,5% de los pilotos afiliados al Sepla

Las mujeres representaban en 2018 el 4,5 por ciento de los 6.200 pilotos afiliados al sindicato Sepla, un porcentaje que en el resto del mundo sube al cinco por ciento.


Kadner entiende que esa proporción responde a un momento histórico y a una cultura, pero que la situación cambiará, al tiempo que se pregunta cuántas mujeres son albañiles o cuántos hombres son “matronos” y ayudan en los partos.

Alaba, en este sentido, el trabajo de divulgación que desarrolla el colectivo “Aviadoras”, integrado por mujeres de la Asociación Española de Pilotos, o la política de algunas empresas aeronáuticas, como Airbus, que designó directora de su factoría de Illescas (Toledo) a una mujer, Teresa Busto.EFE.


“Los poderes, las empresas, deben dejar de pensar como antes y abrir la mente -continúa-. Si sólo piensan en que las mujeres se quedan embarazadas llegaremos a situaciones como las de ahora, cuando la baja natalidad es un problema”.


Mejor aviadora que pilota


Kadner dice que le gusta más que le llamen aviadora y no “pilota”, porque esa última palabra le recuerda a un vino. Defiende, por contra, el uso del término piloto, porque para serlo, explica, “se tiene que saber navegar”.


Impulsora del Centro de Estudios Superiores de la Aviación (Cesda), con base en Reus (Tarragona) y vinculada a la Universidad Rovira i Virgili, argumenta que el alto coste del título universitario de piloto -entre 60.000 y 100.000 euros- se debe a que el material que usa el alumno, desde el simulador a los aviones, es muy caro.


Los indicadores económicos, puntualiza, preconizan que en los próximos años serán necesarios 104.000 nuevos pilotos en el mundo, lo que ha llevado a las compañías a becar en muchos casos los estudios de aviación, o a algunas empresas a facilitar la contratación de aviadoras.


Su último reconocimiento la convierte en otra número uno: acaba de ser investida doctora honoris causa por la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona por su trayectoria, lo que la ha convertido en la primera piloto del mundo en tener esta distinción.

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