La mujer es un símbolo de trabajo, honestidad, amor, fuerza de voluntad, lucha. Es un ser inevitablemente transformador sin la cual no podría existir, crecer en la sociedad, la cultura, la política y la ciencia. La mujer no es un pollo comible o un objeto manejable.
La misma es producto hoy en día de la lucha progresiva en conquista de sus derechos, ella no creció conjuntamente con la sociedad con igual condición del hombre a pesar de ser su otra mitad, aun cuando la humanidad vive con la idea de que es parte del cuerpo del hombre, Dios tomó una costilla de Adán para hacerle una pareja, la mujer, más tarde se les acusa a ella Eva del pecado, la desobediencia, la traición, elementos que dejan instalada una vida de atropello y machismo.
Desde ese momento el hombre es dueño de la mujer, cosa que es totalmente descabellada. Desde el siglo XVIII, acontecen hechos extraordinarios que no excluyen las mujeres. En la declaración de los derechos humanos al referirse al hombre también se refería a las mujeres, porque, no había una cláusula que diga las mujeres no. Cuando se dice hombre se refiere a los dos sexos. Ahora se quiso dividir hombres y mujeres en consecuencia, la real academia de la lengua Española lo desestimó.
La lucha de las mujeres para que se les reconocieran sus derechos fue grande, el derecho a la educación, al trabajo, al voto, derecho a un pedazo de tierra, permitir su organización en sindicatos para exigir condiciones de trabajo, justo pago y durante este proceso perdieron la vida cientos de mujeres.
Después de determinar o establecer el ocho de marzo como día internacional de la mujer, esta inicia una nueva forma de insertarse en la sociedad productiva, política, participación en los escenarios de poder, pero ha sido gota a gota y hasta en termino de derechos marginales en las empresas son discriminada y explotada. En función de eso todavía hay mucho camino por recorrer.
Si nos trasladamos a la integración de las mujeres en el sector financiero, político, artístico, deportivo y de salud, las mujeres han sido retada y han triunfado. Dejando evidencia de su imprescindible papel en la construcción social y en el progreso de una nación. Ese reconocimiento está en los sectores económicos a nivel internacional, las mujeres son una fuente de luz y progreso.
La desigualdad es más latente en América Latina, en los países desarrollados las mujeres tienen más de 50 años de avance, en cuanto a reconocimiento y respeto como un ser humano que disfruta de sus derechos y respeto por su cuerpo. Aun así en termino económicos no existe la equidad.
La lucha de la mujer en la República Dominicana tiene rasgos particulares que la diferencian del resto del mundo, porque se le ha agregado un nuevo ingrediente, la violencia, el desamparo, la sangre derramada, las mujeres no son pollos. No al dolor y sufrimiento de niños inocentes que no tienen culpa del estado físico y mental de sus progenitores, busquemos el origen a tanto dolor.
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