Miserias humanas

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EL MATERO, LAS MATAS DE FARFÁN.- La peor de las miserias que puede padecer un ser humano no son estrecheces ni las limitaciones económicas, es la probreza espiritual.


Varias son las razones que inducen a un ser humano a estar lleno de rabias, de encono, de odio y decidía y en ocasiones esos sentimientos malsanos están motivados por traumas emocionales que arrastran algunos seres humanos desde su niñez.


Conozco el caso de un joven que su madre lo abandono cuando apenas tenía unos meses nacido y se fue a vivir a otro país negandole sus cuidados y protección, ese niño creció y fue animando dentro de sí mucho resentimiento por la falta de cariño de su madre, se ha pasado la vida haciendo creer que todo está normal y finge ser cariñoso con todos, pero la verdad es que subyace dentro de el un sentimiento de rabia y rencor hacia todo el mundo, como si todos fuéramos culpable de su tragedia, en ese sentido hace todo para dañar a los demás "y hacernos pagar por su degracia" y así como el jovén a que hago referencia, tenemos muchos alrededor nuestro, conviviendo con nosotros y simulándonos amistad.


Creo que si alguien ha tenido en su vida alguna situación dolorosa o traumática lo primero que debe es aprender a perdonar y no incubar en su corazón sentimientos de maledicencia que al final terminan convirtiéndolo en un ser aislado, amargado, triste, solo, resentido y frustrado. 


Sentarse a llorar en "la piedra de las lamentaciones" en nada ayuda al fortalecimiento espiritual, sentirnos "victima de la vida" en nada nos hace bien, yo creo en los valientes, en los que usan sus fracasos con motivos para luchar y seguir viviendo como buenos gladiadores o guerreros de batallas, creo que cada dificultad que se nos presenta en la vida es una maravillosa oportunidad para que demostremos a nosotros mismos que tan fuertes podemos ser para vencer las adversidades. Hoy muchos están en las cárceles, en los cementerios, o desterrados por haber descargado su ira y sus traumas.


Debemos ser cautelosos y aprender a identificar a esas personas para no caer en las garras de sus maldades, obviamente nunca debemos responder a sus acciones de la misma manera porque terminaríamos siendo igual que ellos, y para ser diferentes tenemos que amarlos.


Por Leo Roa


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