​La mina de San Juan.

Desde los tiempos antiguos los habitantes en ciertos espacios en la provincia han ido en busca del oro que está bajo la tierra, hay quienes creen que hay oro pulido en botijuela y sueñan con eso de ir y enriquecer de un momento a otro solo con cavar la tierra, ahora hay una mina de oro y no se puede explotar. El tiempo ha avanzado y escoger entre el agua que supuestamente es el motivo de la lucha, y el oro definitivamente se elegiría el agua, es vida y el oro solo un adorno, esa percepción de preservación de los recursos naturales del pueblo sanjuanero parece razonable.

En realidad si se mira la cantidad de recursos al fisco que aportará la mina hay razones suficientes en pensar que la cura puede ser más grande que la enfermedad o pueden ser beneficiados aquellos allá en las grandes urbes y San Juan solo con la contaminación y los problemas de salud de sus gentes, si se compara la mina de San Juan con Loma Miranda, probablemente sea una miniatura, y esta hubo que declararla zona protegida formando parte de los parques naturales que posee la república.

Las autoridades han de saber que igual que allí en Loma Miranda hay a quienes le duele su tierra y no se iban a quedar de brazos cruzados mientras son afectados sus recursos naturales, eso es bueno que los sectores organizados defiendan sus recursos naturales, pero también desde ese mismo modo han de unirse para evaluar y hacer avanzar la sociedad, buscando la realidad de lo que se quiere, oponerse por oponerse no tiene sentido, hay que partir de argumento muy bien fundado al momento de emprender una oposición a cualquier medida.

La mina de San Juan ha unido a grupos y a personas coyuntura que debe aprovecharse y seguir trabajando especialmente deben constituir una comisión permanente de preservación de los recursos naturales flora y fauna, el recurso humano que está siendo afectados por factores que trascienden la modernidad. Hay un movimiento de recursos monetarios en los pueblos y nadie pregunta de dónde sale el dinero. Ojo.