Hay señales de que el Ejecutivo no pedirá extensión de emergencia y que decidirá reabrir la economía

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Danilo Medina en Palacio Nacionalb





DIARIO EL MATERO, SANTO DOMINGO, República Dominicana.-A 46 días la cuarentena puesta en práctica por el gobierno dominicano, para detectar el coronavirus o Covid-19 y evitar su propagación, hay señales de una reapertura gradual de la economía y de que el Ejecutivo no solicitará al Legislativo una nueva extensión de la emergencia nacional que termina el día 17 de este mes.


Este martes, 12 de mayo, se cumple el plazo para que el Poder Ejecutivo pueda solicitar al Poder Legislativo una nueva extensión del estado de emergencia nacional, que debe de hacerse por lo menos 5 días antes de que termine el tiempo aprobado por el Congreso. Agotado ese plazo, el Gobierno puede disponer de medidas administrativas para mantener la cuarentena dispuesta para contener el coronavirus, pero sin toque de queda ni estado de emergencia nacional. El toque de queda abarca desde las 5 de la tarde hasta las 6 de la mañana.


El presidente Danilo Medina, que ha venido dando seguimiento a la cuarentena por el coronavirus y a la situación de la ciudadanía y de la economía, recibió este lunes en el Palacio Nacional a los líderes de los trabajadores y a los de la cúpula de los empresarios.


El gobernante se reunió primero con los representantes de los trabajadores, por medio de los directivos del Confederación Nacional de la Unidad Sindical (CNUS), de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) y de la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD).


Una fuente explicó las reuniones de llevaron a cabo a iniciativa del gobernante. El Presidente Medina les expresó a los directivos de las centrales sindicales que quería escuchar sus puntos de vista sobre la situación de los trabajadores y la posibilidad de una reapertura de la economía.


Las centrales sindicales no acudieron con una posición unificada, según explicó la fuente, aunque coincidieron en la preocupación por la suerte de los pequeños negocios (mipymes) y sus trabajadores, que «no resistirían» una extensión indefinida del cierre de la economía.


Rafael -Pepe- Abreu, de CNUS, habla en la reunión de los sindicalistas con el presidente Danilo Medina.

Rafael -Pepe- Abreu, de CNUS (camisa roja), habla en la reunión de los sindicalistas con el presidente Danilo Medina.

Algunos de los dirigentes sindicales resaltaron ante el Gobernante que aunque el auxilio del Estado esté llegando a los pequeños negocios y que se les permite operar varias horas al día, como es el caso de los colmados, éstos dependen en gran medida de los empleados formales de empresas más grandes, que son los que demandan los bienes y servicios de las mipymes.


En general, las centrales sindicales consideraron que un proceso de reapertura de la economía debe de llevarse a cabo mediante un acuerdo entre los sectores público y privado, que incluya a los trabajadores, pero poniendo en primer lugar la seguridad de la salud de la ciudadanía, sobre todo de la clase trabajadora.


En el caso de la CASC, que dirige Gabriel del Río, y la CNTD, dirigida por Jacobo Ramos, hubo coincidencia en que no se debe de apresurar la reapertura de la economía. En un documento conjunto divulgado tras la reunión, CNTD y CASC manifestaron que para lograr el descenso de los contagios de coronavirus hay que cumplir con las medidas de seguridad dispuestas por las autoridades del Ministerio de Salud Pública, como son evitar las aglomeraciones, mantener el distanciamiento, el uso de mascarillas y el lavado frecuente de las manos.


“Burlar esas disposiciones implica abrirle las puertas al virus, y eso es lo que ha estado sucediendo en los últimos días al incrementarse la cantidad de contagios, debemos hacer conciencia que lo importante es preservar la vida”, afirmaron.

Los representantes de CNUS, entre los cuales se encontraba Rafael -Pepe- Abreu no firmaron la declaración de CASC y CNTD.


La cúpula empresarial

Por otro lado, la Presidencia de la República informó que el presidente Danilo Medina se reunió este lunes con líderes empresariales para analizar propuestas sobre la reactivación «gradual y ordenada» de la economía tras las restricciones derivadas del coronavirus.


Tras el encuentro, celebrado en la sede del Ejecutivo Nacional, la Presidencia afirmó en su cuenta de Twitter que «llegado el momento se tomará una decisión que permita la reactivación económica y convivencia con el coronavirus».

Conversaron con el Presidente Medina los directivos del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) y de las asociaciones de Zonas Francas (Adozona), Hoteles y Turismo (Asonahores), Industrias (AIRD), Bancos Comerciales (ABA), Constructores y Promotores de Viviendas (Acoprovi).


Participaron también los empresarios Frank Rainieri, presidente del Grupo Punta Cana, y Manuel Estrella, presidente del Grupo Estrella, entre otros.


Pero el Gobernante no solo escuchó los puntos de vista de los trabajadores y de los patronos. También se reunió, por separado, con el liderazgo católico representado por la Conferencia del Episcopado Dominicano y con líderes de las iglesias evangélicas.




El jueves habrá otra reunión


Ing. Leonel Castellanos, presidente de la Asociación Herrera.



El próximo jueves, día 14, habrá otra reunión en Palacio Nacional, en la que participarán representantes de otros sectores del empresariado, como la Asociación de Empresas Herrera, que presidente el ingeniero Leonel Castellanos Duarte.


Este sector del empresariado ha estado abogando porque el Gobierno acuerde con los empleadores y los trabajadores un plan para la reapertura gradual, pero que incluya el cumplimiento estricto de un protocolo para evitar el contagio del coronavirus dentro y fuera del espacio laboral.


Esta entidad, en gran medida, coincide con sector sindical de CNUS, en el sentido de que los negocios medianos, pequeños y micros no resisten la prolongación indefinida del cierre de la economía.


Señala, además, que hay ejemplos de cómo emprender la reapertura, porque en todas partes del mundo hay países que han comenzado a reabrir sus negocios y servicios sin descuidar la prevención en materia de salud.

Lo político en la agenda



Dr. Julio César Castaños Guzmán, presidente del Pleno de la JCE.


Si bien los protagonistas de estas reuniones, empezando por el presidente Danilo Medina, tienen los ojos puestos en primer lugar en la contención del coronavirus y en la situación de la economía, hay un costado político en esta agenda del país.


Las elecciones presidenciales y congresuales, que estaban programadas para el 17 de mayo, han sido pospuestas para el 5 de julio. Pero estos comicios no podrían llevarse a cabo si se extiende la emergencia nacional hasta finales de mayo o principios de julio.


Organizar unas elecciones nacionales requiere de tiempo suficiente y de la participación de todos los sectores de la sociedad.


El reto es grande, porque se trata de movilizar a más de la mitad de la ciudadanía para que acuda a votar, más el personal que trabajará en los recintos de votación bajo la coordinación de la Junta Central Electoral y las Juntas Electorales de los municipios, los equipos de delegados de los partidos y candidatos, los observadores nacionales e internacionales, los periodistas, los miembros de la Policía Militar Electoral. En fin, millones de personas que requerirán que se les salvaguarde su salud con todos los insumos necesarios para evitar el contagio del coronavirus.


Pero el Gobierno, los diversos representantes del empresariado, los sindicalistas y el liderazgo cristiano están contestes en un asunto: extender por tiempo indefinido la emergencia nacional, con toque de queda y cierre casi total de la economía, obligaría a posponer las elecciones de nuevo y enviaría un mensaje de incertidumbre a la ciudadanía y a los grandes y pequeños agentes económicos.


Todo esto con el ingrediente de los recursos. Mantener la cuarentena total, el cierre de actividades privadas y en gran medida las públicas, cuesta mucho dinero. El Estado necesita reactivar las recaudaciones, alentar la economía y generar un ambiente de buenas expectativas.


Este escenario hace previsible que la decisión del Gobierno se incline por no solicitar una extensión de la emergencia nacional, permitir que la JCE cumpla con su programa de trabajo y acordar con empresarios grandes y pequeños un proceso de reapertura gradual de la economía.


Con una reapertura acordada con los empresarios y los trabajadores, bajo estricta supervisión de los especialistas en salud, se despejarían dudas y se mejorarían las expectativas de la economía.

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