​Un triunfalismo lleno de falsedad

Por Onofre Salvador

Aunque no se trata de un tema nuevo, aquello de la captación de opositores por parte del oficialismo, se nos presenta como la versión más perversa en ese particular que haya existido en este país en tiempos electorales.

Lo que hacen no encaja como demostración de fuerza o anticipado éxito electoral. En ese orden, no tiene explicación lógica que anden a la caza desesperada de gente de otro partido, cuando gritan por todas partes que tienen números muy altos.

Dicen por ahí que la mentira tiene patas corta, lo que cae como anillo al dedo a los oficialistas, en razón de su raro triunfalismo, mismo con el que intentan introducir en la psiquis de los votantes, la falsa creencia de que están ganado.

Aun en el más elemental de los razonamientos políticos, no cabe que esta gente tenga los números que dice, sobre todo despues de experimentar una gestión evidentemente pésima, aunque traten de aparentar lo contrario con su descomunal y costosa publicidad. Basta montarse en un vehículo público, ir a un comercio, o simplemente echarse el oído donde se agrupan personas, para entender el descalabro de la popularidad de los que gobiernan.

Es misión imposible lo de pretender tapar el sol con un dedo. Por más encuestas arregladas que tiren a la calle, y por más voces y plumas comprometidas que exhiban, hay una realidad que desnuda sus calculadas mentiras.

Hay que decirlo una y otra vez, que no se puede estar en un nivel de seguro ganador, cuando existe una práctica que refleja todo lo contrario.

Faltando poco más de 30 días para los comicios, se ve y percibe a un oficialismo bastante desesperado. Su misión es caerle atrás a los tranfuguistas con precio establecido, con la única misión de presentarlo como trofeo.

Quien se siente ganado, al menos en término de simpatía, no se comporta de esa manera, lo que nos demuestra cada día que estamos frente a lo que se puede denominar como un triunfalismo lleno de falsedad.